sábado, 26 de noviembre de 2005

Escuchen a Mr. Bean

La publicación de "Los versos satánicos" de Salman Rushdie despertó las iras de los musulmanes shiíes, quienes la consideraron un insulto al Corán, a Mahoma y a la fe islámica. Tal fue la indignación del mundo islámico que en 1989 el ayatolá iraní Ruhollah Jomeini condenó a muerte al autor y a todos los implicados en la publicación del libro, y en 1992 se puso precio a su cabeza por valor de 5 millones de dólares. El miedo a estas reacciones y al terrorismo islamista ha provocado algunas curiosas repercusiones en las sociedades occidentales. Con la velada intención de obtener protección contra esta ola de terror universal, algunas personas sostienen que hay que censurar e incluso castigar las expresiones que entrañen burla o crítica contra la religión islámica.En cambio, otras personas pensamos que criticar o incluso hacer burla de las religiones es tan lícito como hacer burla de las ideas políticas, literarias, deportivas o cinegéticas de cualquiera. La religión, cualquier religión, no tiene derecho a exigir un trato deferente que limite la libertad de expresión. Esta es la tesis que sostuvo recientemente el actor británico Rowan Atkinson, que encarna a Mr. Bean, en una comparecencia en la Cámara de los Lores. Lee el artículo que está en el enlace para conocer más detalles.

http://muriago.bitacoras.com/traigan%20a%20mr.%20bean.pdf

miércoles, 16 de noviembre de 2005

Terrorismo hidrológico

Cada vez que hay sequía nos asustan inútilmente las autoridades hidráulicas. Habría que acabar con esto. Cuando en este secarral que es gran parte de España lleva sin llover un cierto número de meses comienza el terrorismo hidrológico de las autoridades. Le llamo terrorismo porque, oyendo las proclamas de los (i)responsables de la política hidráulica, ciertamente, llego a sentir miedo de que llegue un día en que no habrá agua para beber.
Beber, beber agua. Qué significa para el hombre la posibilidad de tener agua para beber. El derecho a la vida es el derecho fundamental por excelencia y su propia existencia es inconcebible sin agua para beber. La Constitución considera el agua como un bien de dominio público; es decir, no susceptible de apropiación por particulares. Esta concepción del agua como bien de dominio público viene a sacralizar constitucionalmente la idea que expresé antes: el agua es de todos porque es un bien esencial para la vida humana. Esta declaración básica está acompañada en España (y en casi todos los paises, supongo) de una organización de la gestión del agua que pone en manos de los poderes públicos los instrumentos que tienden a garantizar el abastecimiento de agua a toda la población. Son las administraciones las que construyen y gestionan los embalses, las redes de abastecimiento y los sistemas de depuración.
Pero, el agua no es sólo para beber. Tiene otros usos. Se utiliza para regar los cultivos agrícolas, para hacer funcionar la industria y los servicios, etc. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), referidos al año 2001 (últimos publicados), el consumo del agua por sectores tiene en España la siguiente composición porcentual:
- Agricultura 83,74%.
- Resto de sectores (industria, servicios, etc.) 13,39%.
- Hogares 2,86%.
¿Merecen todos los usos del agua la misma consideración? Está claro que no. No es lo mismo que falte agua para beber que para regar. No creo que nadie discuta esto. Y bien, ¿qué nos encontramos? Que cuando no llueve lo suficiente durante un cierto tiempo, la escasez de agua llega a poner en riesgo el propio consumo doméstico, el agua para beber. ¿Cómo es posible que ocurra esto? ¿Por qué las autoridades hidráulicas no toman las medidas necesarias para que siempre esté garantizado el depósito de una cantidad de agua suficiente para asegurar el consumo humano por un período, digamos que de 10 años? No, en su lugar, las autoridades hidráulicas nos aterrorizan advirtiéndonos que, si no ahorramos agua, nos quedaremos sin ella. Y así, nos dicen que metamos botellas en las cisternas, que no mantengamos el grifo abierto mientras nos afeitamos y otra sarta de usos cuya utilidad para el ahorro es prácticamente nula. Porque, imaginemos que con todas esas prácticas conseguimos ahorrar un 25%, que ya es ahorrar. ¿Qué habremos ahorrado los hogares del total del agua consumida en España en un año? No llega al 1%, pero eso sí, el país entero estará aterrorizado. ¿Qué pasaría si la agricultura ahorrara un 25% de lo que consume? Pues que con el ahorro de un año habría agua para el consumo doméstico para más de 7 años.
Este privilegio o ventaja de la que disfrutan los usos agrarios del agua tiene raices puramente irracionales y, además de ser incompatible con valores humanos superiores, como ya hemos razonado, no tiene justificación alguna desde una perspectiva socio-económica. Según datos del INE, la agricultura, ganadería y pesca supusieron el 3,1% del Producto Interior Bruto de España en el año 2004. También según datos del INE, referidos al tercer trimestre de 2005, la población ocupada en este sector de la economía supone el 5,17% del total. ¿Cuáles son entonces los motivos por los que se mantiene a estas alturas esta sacralización de los usos agrarios del agua? Como digo, puramente irracionales. En primer lugar debe ser un vestigio de la arcaica sociedad agraria, de un mundo en el que la tierra y sus frutos eran el centro del mundo y del desarrollo humanos. Debe influir también el temor a las reacciones de los agricultores, con frecuencia violentas y de gran repercusión en los medios de comunicación.
Si se aplicara algo de racionalidad a esta cuestión no harían falta ni Plan Hidrológico, ni trasvases, ni desaladoras. Un poco de sensatez sería suficiente.

domingo, 13 de noviembre de 2005

El valor del suelo

Parece que hay proyectos legislativos que persiguen que en la valoración de un suelo rústico no se tengan en cuenta sus expectativas urbanísticas futuras. Ya veremos. En este enlace hay un artículo de la prensa de hoy en el que se comenta este asunto.

http://muriago.bitacoras.com/el%20valor%20del%20suelo.doc

sábado, 12 de noviembre de 2005

Bajar los impuestos es de tontos

"Bajar los impuestos (ese modo de gritar sálvese quien pueda) no es de izquierdas ni de derechas, porque, como están demostrando los franceses, es de tontos."

De la columna de Millás de ayer. De quién si no.

miércoles, 9 de noviembre de 2005

La nueva ley del patrimonio cultural

Para echarse a temblarLa Ministra, refiriéndose a la nueva ley del patrimonio cultural que, al parecer, elabora su departamento, ha dicho que "No se pueden tomar decisiones de suelo, de urbanismo, sin contar con lo que opina el patrimonio". ¡Dios mio, quién es ese sujeto! Yo pensé que la ordenación de las ciudades que se plasma en los planes de urbanismo era una decisión meditada que adoptaban los ayuntamientos (entidades representativas de los ciudadanos), previo un intenso proceso de exposición pública. Ahora resulta que deberán someterse al criterio del "Patrimonio". En definitiva, los ciudadanos, a través de sus representantes, deberán plantear un proyecto de ciudad y luego vendrá el patrimonio a decir qué le parece.Al parecer, los ciudadanos no tenemos criterio para saber qué es lo que se debe conservar y cómo se debe proteger.

De nuevo Tablada

Al Ayuntamiento de Sevilla le sobra suelo. Que se lo expropien.El Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla ha soltado un globo sonda, ha tirado un anzuelo a los especuladores de Tablada, para ver si pican. Dice este generoso prócer municipal que está dispuesto a entregarles a los propietarios, como precio por la expropiación de los terrenos de Tablada, otros suelos cuyo valor excede de los 20 millones de euros. Pero los tiburones no han picado.El Ayuntamiento ha valorado los terrenos de Tablada en 6 millones de euros. El sentido común impone que el justiprecio no contemple la expectativa urbanística de los terrenos, tal y como defienden sus especuladores, ya que dicha expectativa ha sido creada artificialmente por ellos mismos.Con esta propuesta, el concejal ha abierto la puerta a la consideración de dicha expectativa urbanística. ¿Con qué fuerza argumental va a defender el Ayuntamiento los intereses de los ciudadanos en los pleitos de Tablada? Qué inteligente la estrategia del Ayuntamiento. Al final se cumplirá el pronóstico: en la aventura especulativa de Tablada pagaremos todos a escote el enriquecimiento injustificado de unos pocos.