martes, 23 de febrero de 2010

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

Ahora que Aznar se ha hecho tan presente y que todos los hooligans de la prensa, la radio y la televisión ultra lo jalean para que vuelva, no quiero que se te olviden algunos de los momentos estelares de este prócer sin par.

“Estamos trabajando en ello”

“Pueden estar ustedes seguros de que les estoy diciendo la verdad”

“Quién te ha dicho a ti las copas que yo tengo que beber, hips”

Entre dedos anda el juego




El pobre guardaespaldas parece decirle: “tranquilo Sr. Aznar, no provoque a la muchachada”. ¿Y la bufanda? ¿Dónde le cortan las bufandas a este hombre? En el mismo sitio que el pelo, supongo.
Me pregunto si éste será el dedo que designó a Rajoy.

La Cuaresma del Cristo restaurado




Esta foto apareció en el Diario de Sevilla, en su edición de ayer. Me ha llamado la atención por su expresividad y porque encierra una cierta paradoja. Ilustra una información sobre la brillante labor del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, en materia de restauración de obras de arte.
Si la observas sin atención y sin leer la información relacionada, parece una persona que está siendo curada de sus heridas por un médico o enfermero. Las proporciones humanas de la talla y la bata del restaurador coadyuvan al engaño y las radiografías del fondo hacen el resto. Pero, lo que definitivamente nos sumerge en el embeleco de una casa de socorro, es la actitud del Cristo, que parece empinarse para ver el trasteo del galeno en su pierna, desconfiado, quizá temeroso del seguro dolor que le espera.

viernes, 19 de febrero de 2010

Els Joglars. 2036 Omena-G




Anoche vi en el Teatro Lope de Vega la última función de Els Joglars, “2036 Omena-G”.
El ingenio de Boadella no ha decaído. Es una obra divertida, ácida, inconformista, aunque desencantada. Los actores de Els Joglars reciben, en el año 2036, con motivo del 75º aniversario de la compañía, un homenaje patrocinado por la entidad “La Cacha”, cuyo nombre y anagrama remiten a “La Caixa”. Los actores viven en una especie de extraña residencia de ancianos, “El Ogar del Artista”, compuesta de numerosas chabolas cochambrosas.
Hay varias escenas francamente hilarantes a lo largo de la obra. La Sala de Televisión de “El Ogar del Artista”, Ramón Fontseré poniéndose el pijama, el mismo Fontseré jugando con el aparato de electroshock, la conspiración de los ancianos progres, todos ellos con nombres alusivos (Loles Leona, Maruja Torreón, Juán Luis Confrián, o algo así…).
La representación no decae en ningún momento. Es una obra lograda, que mantiene al espectador atento e interesado en su asiento sin ningún desfallecimiento. La atmósfera de la obra desprende sin cesar un cierto aire de derrota y desencanto, no exento de lucidez.
Boadella intenta que los espectadores españoles de centro-izquierda o de izquierda se sientan incómodos, con alusiones sarcásticas a personajes de ese lado del espectro, como Iñaki Gabilondo, Maruja Torres, Juan Luis Cebrián o Zapatero. O con referencias a cuestiones de actualidad con un sesgo parecido, como cuando llaman facha al anciano al que le gustan las corridas de toros. O las referencias a este país que “era” España o al idioma. Una de las actrices repite varias veces que ella habla en castellano antiguo. En este sentido, destaca también en la obra el símbolo que representan dos personajes, los únicos jóvenes del elenco, que hacen de cuidadores de la residencia y presentadores del acto de homenaje. Estos personajes hablan una extraña lengua que es una mezcla de inglés y de español mal construido y mal pronunciado. Se trata de una crítica evidente a la invasión del inglés, pero he querido ver también una carga de profundidad contra el descuido del castellano en Cataluña, aunque quizá son imaginaciones mías
El final es imaginativo. Apenas una concesión al sentimentalismo. Se aplica a cada personaje un artefacto que detecta la gran frustración de su vida y se les da a cada uno la oportunidad de satisfacer ese deseo incumplido en el momento postrero. Molière oficia la solemne ceremonia de la muerte de los actores que, como el dramaturgo francés, mueren en el escenario, con las botas puestas.

sábado, 13 de febrero de 2010

La política del "sálvese quien pueda"


La presión fiscal ha disminuido notablemente, debido a la crisis económica. Ganamos menos, compramos menos, luego pagamos menos impuestos. En cambio, los gastos del Estado para combatir los efectos de la crisis han aumentado considerablemente. Entre ellos están el subsidio de desempleo y las demás ayudas para los más desfavorecidos por la situación. El PP, sin sonrojarse, propone bajar (más) los impuestos, pero no dice qué gastos piensa recortar para cuadrar las cuentas. Sin olvidar que debemos reducir el déficit público del 11% al 3% del PIB, en tres años.
Lo peor no es que nos traten como a estúpidos. Lo peor es que son unos desalmados. La agenda oculta del PP es reducir el gasto social y dejar inermes a los colectivos  más débiles de la sociedad, pero no se atreven a decirlo.
Aunque todavía habrá quien se crea la milonga de que bajando los impuestos sube la recaudación. Hipótesis de laboratorio jamas cumplida.
En la situación actual, bajar los impuestos no es de izquierdas ni de derechas, es de necios. A pesar de lo injusta que es la distribución de la carga fiscal en España, no seré yo quien apoye semejante disparate.

Un buen bachillerato



"...una época menos hostil a la enseñanza, cuando un buen bachillerato podía mejorar para siempre la vida de alguien."


Del artículo de Antonio Muñoz Molina en el Babelia de hoy.