martes, 31 de octubre de 2023

UN ACTO CON MUCHO SIGNIFICADO



El que fuera primer Presidente de la Checoslovaquia postcomunista, Vaclav Havel, estableció, al llegar al cargo, un ritual diario de cambio de guardia en el palacio de la sede de la Presidencia de la república. Se diseñaron uniformes, pasos de desfile de los miembros de la guardia y hasta piezas musicales originales que interpretaba diariamente la banda de música de la guardia presidencial.

Vaclav Havel era un prestigioso dramaturgo que sabía muy bien la importancia que tienen los ritos y ceremonias en la vida social. Más en concreto, Havel razonaba que el poder, aunque fuera republicano, debe ofrecer un cierto boato en su desempeño, como poder constituido, como poder real, para que sea apreciado y respetado por el pueblo y por otros poderes.

Esta es una de las razones, entre otras, que justifican el acto de hoy.

Mucho más importante que las innecesarias citas en valenciano, vascuence o gallego de desconocidos poetas, que nos ha propinado la incongruente (dejémoslo ahí) Presidente del Congreso, habría sido resaltar o poner más énfasis en el alcance político e histórico de la jura de la Princesa de Asturias que ha tenido lugar hoy, ante las dos cámaras de las Cortes.

Pero estos son los lamentables tiempos pedrosanchezcos que nos toca vivir.

lunes, 16 de octubre de 2023

YA ERA HORA

 

Hace tiempo que pienso y se lo he dicho a quien me ha querido oír, que el desafío separatista es un asunto mucho más grave de lo que suele decirse. Es lamentable comprobar cada día cómo la mayor parte de los ciudadanos apenas tiene conciencia de esta gravedad y contempla con una pasividad bobalicona el proceso de ruptura hacia la que nos encaminamos.

Por eso me ha parecido muy oportuna la advertencia de Feijóo, aludiendo a la balcanización de España.

Se atribuye a Mitterrand la conocida frase “el nacionalismo es la guerra”, con la que no puedo estar más de acuerdo.

Los separatistas no parecen darse cuenta de que sus exigencias de independencia a todo trance y sus gestos de desprecio hacia España y los españoles pueden llegar a convocar a los cuatro jinetes del Apocalipsis.

Llegado el momento, esa mayoría de ciudadanos ahora absorta en sus propias vidas, cuando vea que la ruptura de la nación y la pérdida consecuente de bienestar sean ya inminentes y quién sabe si irreversibles, puede llegar a convertirse en una masa furiosa que exija a sus gobernantes el empleo de todos los medios de los que dispone el Estado para su defensa.

En ese momento, evocar un panorama balcánico para España puede ser algo más que un terrible presagio y pase a convertirse en una trágica realidad.