domingo, 26 de noviembre de 2023

APOLOGÍA DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

 


En la manifestación celebrada en Bilbao (supongo que en el resto de España pudieron verse escenas parecidas), el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, como puedes ver en la foto, un grupo de mujeres desfiló con el atuendo representativo del sometimiento de la mujer al hombre y portando banderas de un movimiento de carácter islámico o islamista o de un territorio, como es Palestina, en el que rige la ley islámica.

Te lo puedes tomar por el lado del sarcasmo y reírte de los organizadores (probablemente organizadoras), ufanos/as de una muestra tan evidente de lo contrario a lo que teóricamente reivindican. Porque es francamente incomprensible, y ridículo al mismo tiempo, que se reivindique la eliminación de la violencia contra la mujer paseando a mujeres ataviadas con el yugo islámico y portando banderas islámicas.

Pero más grave me parece la confusión mental en la que incurren los promotores de toda esta mojiganga. En la base de las manifestaciones de ayer se encuentra la afirmación de que los hombres asesinan a mujeres por el hecho de serlo. Esto no es solo el fundamento de las manifestaciones, sino de otras muchas cosas, como por ejemplo, las leyes que discriminan a los hombres sobre la base de esta falacia, por no decir de esta mentira, que se entiende mejor. Porque mentira es que las mujeres asesinadas por sus parejas lo hayan sido por ser mujeres y no por ser sus parejas, que es algo completamente distinto, como bien se comprende… si se quiere comprender y no hacer negocio con el crimen.

Pues bien, para luchar contra la violencia contra las mujeres se exhibe públicamente la manifestación más acabada que ha logrado la humanidad del sometimiento de las mujeres a los hombres, que es la religión islámica. No es concebible mayor estupidez ni una contradicción más flagrante.

Este tipo de cosas, lejos de beneficiar a la causa a la que pretendidamente sirven, la perjudican claramente. A mí, desde luego, me aleja de ese movimiento lunático, que ha llegado a parecerme francamente antipático, por esta y otras razones. Y sospecho que no soy el único.


sábado, 25 de noviembre de 2023

LAS MEJORES RAZONES CONTRA LA AMNISTÍA

La señora que firma este artículo preside la asociación que lleva años luchando porque los escolares catalanes puedan estudiar algunas asignaturas en castellano, no todas. Por cierto, ¿cómo es posible que el gobierno español no sea capaz de garantizar a todos los escolares el derecho a cursar sus estudios en su lengua materna, que lo es, además, del 53% de los catalanes?

Las razones por las que Ana Losada se opone a la amnistía son las mismas por las que yo me opongo a las pretensiones de los nacionalistas, en general. Y es la solidaridad con mis compatriotas que tienen la desgracia de vivir en un territorio cuyas autoridades regionales y una porción importante de la población llevan décadas aplicando un auténtico apartheid contra los ciudadanos castellanohablantes. Los junqueras y puigdemonios, con la criminal complicidad del gobierno central y del PSOE, les impiden estudiar en su propia lengua y comunicarse con la Administración en castellano y les quieren convertir en extranjeros en su  patria. 

El artículo describe con una elocuencia insuperable el mapa de afectos que vincula a más de la mitad de los catalanes con España, su Constitución, su lengua, su historia y su cultura.

Por mi parte, mi apoyo y solidaridad con mis compatriotas de las regiones levantiscas va mucho más allá de lo puramente afectivo. Se basa en la Constitución, en toda su amplitud, incluyendo, por tanto, su artículo 8: “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.”

domingo, 19 de noviembre de 2023

RICHARD DAWKINS VS. AYAAN HIRSI ALI Y EL CRISTIANISMO




Te ofrezco en esta entrada del blog un intercambio epistolar que ha tenido lugar públicamente, entre dos personas que considero muy relevantes dentro de nuestro mundo contemporáneo. Se trata de la somalí Ayaan Hirsi Ali y del británico Richard Dawkins.

La peripecia biográfica de Hirsi Ali es probable que mereciera una película. En su vida se dan algunos de los elementos más importantes que configuran nuestro mundo global contemporáneo. Nació en 1969 en Mogadiscio, Somalia. Proviene de una familia musulmana y su padre era un prominente opositor político al gobierno somalí. Durante su infancia, Hirsi Ali experimentó la rigidez de las normas islámicas tradicionales, incluyendo la mutilación genital femenina a la que fue sometida cuando era niña.

Escapando de un matrimonio arreglado, en 1992, Hirsi Ali huyó de Somalia y se trasladó a los Países Bajos, donde solicitó asilo político. Estudió en la Universidad de Leiden, obteniendo un doctorado en ciencias políticas.

Su activismo comenzó en los Países Bajos, donde se convirtió en una crítica del Islam y abogó por la reforma dentro de la religión. Trabajó en el Partido del Trabajo Holandés y más tarde en el Partido Liberal, convirtiéndose en diputada del parlamento neerlandés en 2003.

Su colaboración con el cineasta Theo van Gogh en un cortometraje sobre el tratamiento de las mujeres en la sociedad islámica resultó en la trágica muerte de van Gogh a manos de un extremista musulmán en 2004. Tras este incidente, Hirsi Ali recibió continuas amenazas de muerte y tuvo que vivir bajo estrictas medidas de seguridad.

En 2006, Hirsi Ali dejó los Países Bajos y se trasladó a los Estados Unidos, donde continuó su activismo, escribiendo libros, dando conferencias y defendiendo los derechos de las mujeres en el Islam y en general. Ha sido autora de libros como "Infidel", "Nomad" y "Heretic".

Su enfoque sobre la necesidad de reformar el Islam y su defensa de la libertad individual, especialmente en lo que respecta a los derechos de las mujeres en las sociedades musulmanas, la han convertido en una figura controvertida pero influyente en el ámbito global del activismo y los derechos humanos.

Por su parte, Ricard Dawkins nacido en 1941 en Nairobi, Kenia, es un etólogo, biólogo evolutivo y escritor británico. Es conocido principalmente por su defensa del darwinismo, la teoría de la evolución por selección natural, y su firme postura en contra del creacionismo y el diseño inteligente.

Dawkins es reconocido por su obra "El gen egoísta", publicada en 1976, y que te recomiendo, donde introduce el concepto de que los genes son las unidades fundamentales de la selección natural, promoviendo la idea de que los genes son los verdaderos impulsores de la evolución de las especies darwiniana.

Además de "El gen egoísta", Dawkins ha escrito numerosos libros sobre evolución, biología y ateísmo, como "El espejismo de Dios", donde expone su posición antirreligiosa y promueve la idea de que la ciencia y la razón son fundamentales para comprender el mundo.

Fue catedrático en la Universidad de Oxford hasta su retiro en 2008. A lo largo de su carrera, Dawkins ha sido un defensor apasionado de la educación científica y un crítico de la influencia de las creencias religiosas en la sociedad.

Su estilo provocador y su compromiso con la difusión de la ciencia y la razón lo han convertido en una figura polémica pero influyente en el campo de la biología evolutiva y el activismo ateo.

Lo que he llamado un poco impropiamente intercambio epistolar entre estos dos personajes comienza con un artículo en el que Ayaan Hirsi Ali da a conocer que ha pasado a considerarse a sí misma como cristiana y explica con cierto pormenor los motivos de su ‘conversión’. Si lees el artículo, publicado en la revista británica UnHerd (podría traducirse por no-rebaño), comprenderás por qué he puesto comillas a la palabra conversión.

Esta noticia ha escandalizado (creo que es el término apropiado) a Ricard Dawkins, ateo militante, cofradía que compartía hasta ahora con Hirsi Ali. El escándalo le ha movido a escribirle a su excorreligionaria una carta abierta, en la que trata de explicarle lo que él parece considerar un error de apreciación de su amiga.

Ambos textos me parecen del mayor interés y por eso te los transcribo a continuación, en traducción casera al castellano. Te ofrezco también los links, por si prefieres las versiones originales.


Por qué ahora soy cristiana
El ateísmo no puede equiparnos para la guerra de civilizaciones
POR AYAAN HIRSI ALI
(https://unherd.com/2023/11/why-i-am-now-a-christian/)

En 2002, descubrí una conferencia de Bertrand Russell de 1927 titulada “Por qué no soy cristiano”. Mientras la leía, no se me pasó por la cabeza que un día, casi un siglo después de que Russell la impartiera en la sección del sur de Londres, de la Sociedad Secular Nacional, me vería obligada a escribir un ensayo con el título opuesto, precisamente.

El año anterior había condenado públicamente los ataques terroristas de los 19 hombres que secuestraron aviones de pasajeros y los estrellaron contra las torres gemelas de Nueva York. Lo habían hecho en nombre de mi religión, el Islam. Yo era musulmana entonces, aunque no practicante. Si realmente condené sus acciones, ¿en qué lugar quedaba yo? Después de todo, el principio subyacente que justificó los ataques era religioso: la idea de la Yihad o Guerra Santa contra los infieles. ¿Era posible para mí, como para muchos miembros de la comunidad musulmana, simplemente distanciarme de la acción y sus horrendos resultados?

En ese momento, había muchos líderes eminentes en Occidente (políticos, académicos, periodistas y otros expertos) que insistían en que los terroristas estaban motivados por razones distintas a las que ellos y su líder Osama Bin Laden habían expresado tan claramente. De modo que el Islam tenía una coartada.

Esta excusa no sólo fue condescendiente hacia los musulmanes. También dio a muchos occidentales la oportunidad de replegarse en la negación. Culpar a los errores de la política exterior estadounidense era más fácil que contemplar la posibilidad de que nos enfrentábamos a una guerra religiosa. Hemos visto una tendencia similar en las últimas cinco semanas, cuando millones de personas que simpatizan con la difícil situación de los habitantes de Gaza intentan racionalizar los ataques terroristas del 7 de octubre como una respuesta justificada a las políticas del gobierno israelí.

Cuando leí la conferencia de Russell, encontré que mi disonancia cognitiva se alivió. Fue un alivio adoptar una actitud de escepticismo hacia la doctrina religiosa, descartar mi fe en Dios y declarar que tal entidad no existía. Lo mejor de todo es que podría rechazar la existencia del infierno y el peligro de un castigo eterno.

La afirmación de Russell de que la religión se basa principalmente en el miedo resonó en mí. Había vivido demasiado tiempo aterrorizada por todos los espantosos castigos que me esperaban. Si bien había abandonado todas las razones racionales para creer en Dios, aún persistía ese miedo irracional al fuego del infierno. La conclusión de Russell fue, pues, una especie de alivio: “Cuando muera, me pudriré”.

Para entender por qué me volví atea hace 20 años, primero hay que entender el tipo de musulmana que yo había sido. Yo era una adolescente cuando los Hermanos Musulmanes penetraron en mi comunidad en Nairobi, Kenia, en 1985. Creo que ni siquiera había entendido la práctica religiosa antes de la llegada de los Hermanos Musulmanes. Había soportado los rituales de abluciones, oraciones y ayunos como tediosos e inútiles.

Los predicadores de los Hermanos Musulmanes cambiaron esto. Señalaron una dirección: el camino recto. Un propósito: trabajar para lograr la admisión en el paraíso de Alá después de la muerte. Un método: el manual de instrucciones del Profeta sobre lo que se debe y no se debe hacer: lo halal y lo haram . Como complemento detallado del Corán, el hadiz explica detalladamente cómo poner en práctica la diferencia entre el bien y el mal, Dios y el diablo.

Los predicadores de los Hermanos Musulmanes no dejaron nada a la imaginación. Nos dieron a elegir. Esfuérzate por vivir según el manual del Profeta y cosecha las gloriosas recompensas en el más allá. Mientras tanto, en esta tierra, el mayor logro posible era morir como mártir por la causa de Allah.

La alternativa, entregarse a los placeres del mundo, era ganarse la ira de Alá y ser condenado a una vida eterna en el infierno. Algunos de los “placeres mundanos” que denunciaban incluían leer novelas, escuchar música, bailar e ir al cine, todo lo cual me avergonzaba admitir que adoraba.

La cualidad más sorprendente de los Hermanos Musulmanes fue su capacidad para transformarnos a mí y a mis compañeros adolescentes de creyentes pasivos en activistas, casi de la noche a la mañana. No sólo dijimos cosas y oramos por cosas: hicimos cosas. De niñas nos poníamos el burka y renunciamos a la moda y el maquillaje occidentales. Los chicos cultivaron su vello facial al máximo. Llevaban el tawb parecido a un vestido blanco que se usa en los países árabes o tenían los pantalones acortados por encima de los tobillos. Operamos en grupos y ofrecimos nuestros servicios voluntarios en caridad para los pobres, los ancianos, los discapacitados y los débiles. Instamos a nuestros compañeros musulmanes a orar y exigimos que los no musulmanes se convirtieran al Islam.

Durante las sesiones de estudio islámico, compartíamos nuestras preocupaciones con el predicador a cargo de la sesión. Por ejemplo, ¿qué debemos hacer con los amigos que amamos y a los que nos sentimos leales pero que se niegan a aceptar nuestra dawa (invitación a la fe)? En respuesta, se nos recordó repetidamente la claridad de las instrucciones del Profeta. Se nos dijo en términos muy claros que no podíamos ser leales a Alá y Mahoma y al mismo tiempo mantener amistades y lealtad hacia los infieles. Si rechazaban explícitamente nuestro llamamiento al Islam, debíamos odiarlos y maldecirlos.

Aquí, se reservaba un odio especial para un subgrupo de infieles: los judíos. Maldecíamos a los judíos varias veces al día y expresábamos horror, disgusto e ira ante la letanía de delitos que supuestamente habían cometido. Los judíos habían traicionado a nuestro Profeta, habían ocupado la Santa Mezquita de Jerusalén y propagado la corrupción del corazón, la mente y el alma.

Se puede ver por qué, para alguien que había pasado por semejante educación religiosa, el ateísmo parecía tan atractivo. Bertrand Russell ofrece un escape sencillo y sin coste alguno de una vida insoportable de abnegación y acoso a otras personas. Para él, no hay ningún argumento creíble a favor de la existencia de Dios. Russell argumenta que la religión tiene sus raíces en el miedo: “El miedo es la base de todo: el miedo a lo misterioso, el miedo a la derrota, el miedo a la muerte”.

Como atea, pensé que perdería ese miedo. También encontré un círculo de amigos completamente nuevo, tan diferente de los predicadores de los Hermanos Musulmanes como uno podría imaginar. Cuanto más tiempo pasaba con ellos (personas como Christopher Hitchens y Richard Dawkins), más segura me sentía de haber tomado la decisión correcta. Porque los ateos eran inteligentes. También eran muy divertidos. 

Entonces, ¿qué cambió? ¿Por qué me llamo cristiana ahora?

Parte de la respuesta es global. La civilización occidental está amenazada por tres fuerzas diferentes pero relacionadas: el resurgimiento del autoritarismo y expansionismo de las grandes potencias en las formas del Partido Comunista Chino y la Rusia de Vladimir Putin; el ascenso del islamismo global, que amenaza con movilizar a una vasta población contra Occidente; y la propagación viral de la ideología woke, que está devorando la fibra moral de la próxima generación.

Nos esforzamos por defendernos de estas amenazas con herramientas modernas y seculares: esfuerzos militares, económicos, diplomáticos y tecnológicos para derrotar, sobornar, persuadir, apaciguar o vigilar. Y, sin embargo, con cada ronda de conflicto, nos encontramos perdiendo terreno. O nos estamos quedando sin dinero, con nuestra deuda nacional de decenas de billones de dólares, o estamos perdiendo nuestro liderazgo en la carrera tecnológica con China.

Pero no podemos luchar contra estas fuerzas formidables a menos que podamos responder a la pregunta: ¿qué es lo que nos une? La respuesta de que "¡Dios está muerto!" parece insuficiente. También lo hace el intento de encontrar consuelo en “el orden internacional liberal basado en reglas”. Creo que la única respuesta creíble reside en nuestro deseo de defender el legado de la tradición judeocristiana.

Ese legado consiste en un elaborado conjunto de ideas e instituciones diseñadas para salvaguardar la vida, la libertad y la dignidad humanas, desde el Estado nación y el estado de derecho hasta las instituciones de ciencia, salud y aprendizaje. Como ha demostrado Tom Holland en su maravilloso libro Dominion, todo tipo de libertades aparentemente seculares (de mercado, de conciencia y de prensa) encuentran sus raíces en el cristianismo.

Y entonces me di cuenta de que a Russell y a mis amigos ateos no los árboles no les dejaron ver el bosque. La madera es la civilización construida sobre la tradición judeocristiana; es la historia de Occidente, con defectos y todo. La crítica de Russell a esas contradicciones en la doctrina cristiana es seria, pero también tiene un alcance demasiado limitado.

Por ejemplo, dio su conferencia en una sala llena de cristianos (ex o al menos incrédulos) en un país cristiano. Pensemos en lo singular que era esto hace casi un siglo y en lo raro que sigue siendo en civilizaciones no occidentales. ¿Podría un filósofo musulmán presentarse ante cualquier audiencia en un país musulmán –entonces o ahora– y pronunciar una conferencia con el título “¿Por qué no soy musulmán”? De hecho, existe un libro con ese título, escrito por un ex musulmán. Pero el autor lo publicó en Estados Unidos bajo el seudónimo de Ibn Warraq. Habría sido demasiado peligroso actuar de otro modo.

Para mí, esta libertad de conciencia y de expresión es quizás el mayor beneficio de la civilización occidental. No es algo natural para el hombre. Es el producto de siglos de debate dentro de las comunidades judía y cristiana. Fueron estos debates los que hicieron avanzar la ciencia y la razón, disminuyeron la crueldad, suprimieron las supersticiones y construyeron instituciones para ordenar y proteger la vida, al tiempo que garantizaban la libertad a la mayor cantidad de personas posible. A diferencia del Islam, el cristianismo superó su etapa dogmática. Se hizo cada vez más claro que las enseñanzas de Cristo implicaban no sólo un papel circunscrito para la religión como algo separado de la política. También implicaba compasión por el pecador y humildad por el creyente.

Sin embargo, no sería sincera si atribuyera mi aceptación del cristianismo únicamente a la comprensión de que el ateísmo es una doctrina demasiado débil y divisiva para fortalecernos contra nuestros enemigos amenazantes. También recurrí al cristianismo porque, en última instancia, encontré que la vida sin ningún consuelo espiritual era insoportable; de ​​hecho, casi autodestructiva. El ateísmo no logró responder a una pregunta simple: ¿cuál es el significado y el propósito de la vida?

Russell y otros ateos activistas creían que con el rechazo de Dios entraríamos en una era de razón y humanismo inteligente. Pero el “agujero de Dios” –el vacío dejado por la retirada de la iglesia– simplemente ha sido llenado por una mezcla de dogmas irracionales cuasirreligiosos. El resultado es un mundo donde las sectas modernas se aprovechan de las masas dislocadas, ofreciéndoles razones espurias para ser y actuar, principalmente participando en un teatro de señalización de virtudes en nombre de una minoría victimizada o de nuestro planeta supuestamente condenado. La frase a menudo atribuida a GK Chesterton se ha convertido en una profecía: “Cuando los hombres eligen no creer en Dios, de ahí en adelante no creen en nada, entonces se vuelven capaces de creer en cualquier cosa”.

En este vacío nihilista, el desafío que tenemos ante nosotros se vuelve civilizacional. No podemos resistir a China, Rusia e Irán si no podemos explicar a nuestras poblaciones por qué es importante que lo hagamos. No podemos luchar contra la ideología woke si no podemos defender la civilización que está decidida a destruir. Y no podemos contrarrestar el islamismo con herramientas puramente seculares. Para ganarnos los corazones y las mentes de los musulmanes aquí en Occidente, tenemos que ofrecerles algo más que vídeos en TikTok.

La lección que aprendí de mis años con los Hermanos Musulmanes fue el poder de una historia unificadora, incorporada en los textos fundacionales del Islam, para atraer, involucrar y movilizar a las masas musulmanas. A menos que ofrezcamos algo tan significativo, me temo que la erosión de nuestra civilización continuará. Y, afortunadamente, no hay necesidad de buscar una mezcla de medicación y atención plena de la nueva era. El cristianismo lo tiene todo.

Por eso ya no me considero una musulmana apóstata, sino una atea no practicante. Por supuesto, todavía tengo mucho que aprender sobre el cristianismo. Descubro un poco más en la iglesia cada domingo. Pero he reconocido, en mi largo viaje a través de un desierto de miedo y dudas, que hay una mejor manera de manejar los desafíos de la existencia que la que el Islam o la incredulidad tenían para ofrecer.


Carta abierta de Richard Dawkins a Ayaan Hirsi-Ali

(https://richarddawkins.substack.com/p/open-letter-from-richard-dawkins?utm_campaign=post)

Querida Ayaan:

Como sabes, eres una de mis personas favoritas, pero... en serio, Ayaan. ¿Tú, cristiana? No eres más cristiana que yo. Podría estar de acuerdo contigo (en realidad lo estoy) en que el putinismo, el islamismo y el wokismo posmoderno son tres grandes enemigos de una civilización decente. Podría estar de acuerdo contigo en que el cristianismo, aunque solo sea como un mal menor, es un arma poderosa contra ellos. Podría añadir que el cristianismo ha sido la inspiración para algunas de las mejores obras de arte, arquitectura y música que el mundo haya conocido. ¿Pero, y eso qué? Una vez me metí en problemas por ensalzar la belleza de las campanas de la Catedral de Winchester en comparación con el grito agresivo de "Allahu Akhbar" (lo último que escuchas antes de que explote la bomba o antes de que tu cabeza se aleje de tu cuerpo). Podría estar de acuerdo (creo que sí, aunque ciertamente no en su historia) en que el cristianismo es moralmente superior al Islam. Incluso podría estar de acuerdo en que el cristianismo es la base de nuestra civilización (en realidad no lo estoy, pero incluso si lo estuviera...). Nada de eso se acerca ni remotamente a convertirnos a mí, o a ti, en cristianos.

He visto unas imágenes muy recientes en las que me describiste como una de las personas más cristianas que conoces. Esto se produjo después de que citaras a Roger Scruton, diciéndote que, si actúas como un cristiano y te comportas como un cristiano, cabe concluir que eres cristiano. Pero Ayaan, eso está muy mal. La forma en que tú o yo nos comportemos es totalmente irrelevante. Lo que importa es lo que creemos. Lo que importa son las ideas sobre el mundo que crees que son ciertas.

Porque ese es el punto. El cristianismo hace afirmaciones fácticas, afirmaciones de la verdad que los cristianos creen, afirmaciones de la verdad que los definen como cristianos. Los cristianos son teístas. Creen en una figura paterna divina que diseñó el universo, escucha nuestras oraciones y está al tanto de todos nuestros pensamientos. ¿Seguro que crees en esas cosas? ¿Crees que Jesús se levantó de la tumba tres días después de ser colocado allí? Por supuesto que no. ¿Crees que Jesús nació de virgen? Desde luego que no. Alguien de tu inteligencia no cree que tengas un alma inmortal, que sobrevivirá a la decadencia de tu cerebro. Los cristianos creen en un lugar espantoso llamado Infierno, donde van las almas de los malvados después de muertos. ¿Te lo crees? ¡No! Los cristianos creen que cada bebé "nace en pecado" y es salvado del Infierno solo por la ejecución redentora de Jesús (preventiva, en el caso de todos los nacidos después de Cristo). ¿Crees algo parecido a esa desagradable teoría del chivo expiatorio? Por supuesto que no.

Ayaan, tú no eres más cristiana que yo.

Haces una afirmación adicional, que mi respeto por ti encuentra más increíble: "También he recurrido al cristianismo porque en última instancia encontré la vida sin ningún consuelo espiritual, insoportable, de hecho, casi autodestructiva". Entonces, ¿necesitas algún tipo de religión, y el cristianismo parece la alternativa menos mala? Ayaan, siempre he pensado en ti como una de las personas más valientes que conozco. ¿Cómo pudiste sucumbir a tanta debilidad?

Dices que "El ateísmo no responde a una simple pregunta: ¿cuál es el significado y el propósito de la vida?" Por mi parte, he encontrado varias cosas que le dan sentido y propósito a mi vida. Está la ciencia y mis libros han expuesto mi búsqueda de toda la vida para entender el significado y el propósito de toda la vida. Luego está el amor humano, está la belleza de un niño, un baño tropical bajo las estrellas, una encantadora puesta de sol, un cuarteto de Schubert. Están el arte y la literatura de todo el mundo. La calidez de un abrazo íntimo.

Pero incluso si todas esas cosas te dejan fría, y por supuesto que no será así, incluso si sientes una necesidad voraz de algo más, ¿qué diablos tiene que ver eso con las creencias del cristianismo o de cualquier otra religión? Incluso si la vida fuera intolerablemente sombría y vacía, que no lo es, pero incluso si lo fuera, ¿cómo podrías tú, cómo podría alguien, convertir una necesidad de consuelo en una creencia en las afirmaciones sobre la verdad de las Escrituras sobre el universo, simplemente porque te hacen sentir bien? Las personas inteligentes no creen en algo porque les consuela. Lo creen porque, y solo porque, han visto pruebas que lo apoyan.

No, Ayaan, tú no eres cristiana, solo eres un ser humano decente que piensa erróneamente que necesitas una religión para seguir siéndolo.

Con mi amor

Richard

 

POCAS BROMAS CON LA RUPTURA DE ESPAÑA

Una de las cosas más irritantes que nos depara la actual coyuntura política es el sarcasmo que manifiestan los sanchistas de toda especie respecto de la amenaza de la ruptura de España. Con el término sanchista me refiero a todos aquellos que han apoyado política y mediáticamente la reciente investidura de Pedro Sánchez, desde el diario El País, hasta Puigdemont. Y digo que es irritante porque parece mentira que se pueda desconocer la evidencia de que los partidarios de hacer saltar por los aires la nación democrática española, tal y como la conocemos, se han asentado en el corazón del gobierno, que es tanto como decir, en el núcleo del Estado de España. Por tanto, si a quienes se proponen, como objetivo fundamental de su política (cabe decir que hasta de sus propias vidas), la destrucción de España, se les han abierto las puertas del núcleo del Estado, cómo puede hacerse befa de la amenaza de la destrucción de España. Se trata de algo tan palmario, de lo que obtenemos evidencias públicas cada uno de los días, por no decir cada hora o cada minuto, que solo se me ocurre calificar como un fraude intelectual esa estúpida especie de hacer mofa de nuestro temor a la evidente amenaza de la ruptura de España. Cabe, desde luego, una interpretación alternativa que no voy a desdeñar y es que a los sarcásticos, realmente, la nación democrática española les importe un bledo. Esto resulta ser cierto al ciento por ciento, en el caso de los separatistas catalanes, vascos y gallegos (también de otras regiones, pero, por suerte, han desaparecido de las Cortes), algunos de cuyos más antipáticos elementos llegan a jactarse de su indiferencia sobre la suerte que corran España y sus ciudadanos.

Este largo introito viene a cuento de la columna de hoy de Ignacio Camacho, toda ella notable, en la que expresa de modo insuperable esta idea de la enorme amenaza que constituyen los pactos suscritos por el PSOE con toda clase de partidos aldeanos para la integridad de España y de su régimen democrático constitucional. Esto dice Ignacio Camacho: “El pacto político, social y moral del 78 queda revocado por las tres cláusulas esenciales del acuerdo de Bruselas: impunidad para la insurrección separatista, gestión fiscal plena para Cataluña y puerta abierta a un referéndum de independencia. La primera liquida la seguridad jurídica; la segunda, la igualdad financiera y la última, la soberanía nacional, la integridad territorial y el concepto de España como idea y ámbito de convivencia. De una sola tacada, el Gobierno socialista y el secesionismo catalán han demolido a pachas los cimientos del sistema.”



sábado, 11 de noviembre de 2023

LOS JUECES, A LO SUYO

Respecto de los infames acuerdos firmados por el PSOE con el separatismo catalán, las asociaciones de jueces sólo se han puesto de acuerdo para criticar una medida, la relativa al famoso lawfare, que tiene por objeto examinar posibles abusos cometidos por jueces en el ejercicio de sus funciones.

Todos sabemos que determinados jueces han destrozado vidas, honras y haciendas de ciudadanos inocentes, dándole curso a procesos instados por los enemigos de esos ciudadanos, con el solo objetivo de destruirlos. Muchas veces, tales procesos han terminado en nada. Véanse los casos de Francisco Camps, absuelto en todos los procesos en los que ha estado implicado y varias instrucciones penales perpetradas por la juez Alaya, como los casos Mercasevilla y Lopera, en los que fueron absueltas todas las personas procesadas por esta juez a la que Dios confunda.

No es que me parezca ni de lejos razonable lo que consta sobre el dichoso lawfare en el acuerdo firmado por el PSOE con los aldeanos catalanes, todo él pura basura ideológica, histórica y política.

Lo que quiero poner de manifiesto es que los jueces sólo han sido capaces de ponerse de acuerdo para oponerse a una medida que, corporativamente, sienten como una amenaza. Desde luego, a su independencia, pero también, a sus privilegios de casta intocable. Pero, sobre asuntos de gran calado político y social, como la vergüenza de la amnistía, que tanto les concierne profesionalmente, no han sido capaces de adoptar una postura conjunta y unánime.

domingo, 5 de noviembre de 2023

“SABEN AQUELL”. VE A VERLA





Ayer vi en el cine “Saben aquell”, que recrea la irrupción del humorista Eugenio en la vida española.

Me pareció estar viendo un trozo de nuestra vida, contado en un tono muy entrañable y con una magnífica interpretación de sus dos protagonistas. Especialmente, el personaje de Conchita, la mujer de Eugenio, que interpreta Carolina Yuste. Su sonrisa, que inunda la pantalla, bien vale ver la película.

Por el momento no se puede ver en la tv.

jueves, 2 de noviembre de 2023

AL PSOE SE LE HA CAÍDO LA E DEFINITIVAMENTE


Esto es lo que dice el catedrático Rafael Arenas en su muro de Facebook sobre el acuerdo firmado hoy por el PSOE con ERC. Es realmente estremecedor:

“ La hoja de ruta para poner fin a la Constitución de 1978.

¿Exagero? En absoluto.

Aquí se habla de conflictos políticos, soberanía, legitimidad democrática y no se menciona ni una sola vez a la Constitución (sí, en una ocasión, a la "legitimidad constitucional"), la norma que regula, precisamente, todas las cuestiones que aquí se tratan.

Pero, claro, las regula en un sentido diametralmente opuesto al que inspira este texto.

Aquí se habla de desjudicialización, cuando la Constitución reconoce el derecho a la tutela judicial efectiva.

Aquí se parte de una legitimidad popular enfrentada a la legitimidad institucional y constitucional, como si pudiera haber una legitimidad al margen de la Constitución.

Aquí se asume un conflicto sobre la soberanía, cuando la Constitución deja claro que la soberanía reside en el pueblo español.

En este documento se plantea la necesidad de negociar el futuro político de Cataluña, sin excluir ninguna posibilidad -o sea, sin excluir la independencia- pese a que la Constitución parte de la "indisoluble unidad de a Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles".

En este texto se habla de reconocimiento nacional de Cataluña, cuando la Constitución no admite más Nación que la española.

Aquí se defiende la lengua catalana como instrumento de integración social, obviando que el español es también lengua oficial en Cataluña y no puede ser excluida como lengua de la sociedad catalana.

Con este texto el PSOE entierra definitivamente su condición de partido constitucionalista.

No nos llamemos a engaño; no es que al PSOE la Constitución le sea indiferente, es que trabaja activamente para que se convierta en irrelevante.

Esto es lo que ha pactado el PSOE con ERC; el PSOE consigue que los diputados de ERC voten a Pedro Sánchez; pero ¡a qué precio!

Un precio que pagaremos todos, que ya estamos empezando a pagar.”

Aquí te puedes descargar el documento PSOE-ERC completo:

https://shorturl.at/DKNY6