lunes, 29 de agosto de 2011

Es la ética, estúpido

Titular de elmundo.com hoy:

Cospedal promete no subir los impuestos a los ricos: 'Equivale a más paro'



La Secretaria General del PP, al decir eso, cree que ha hablado de fiscalidad o de economía o quizá de política. Pero no se da cuenta de que esas dos simples frases encierran toda una ética, toda una visión del mundo y de la vida. Oyéndola reparo en porqué no les he votado nunca, ni les votaré nunca.
Cuando es tan evidente la necesidad, por supuesto ética, pero también económica, de repartir con justicia las cargas de la crisis, la derecha española persiste en ese terco egoísmo. No quieren gravar a quienes más ganan y más tienen, no porque ya paguen muchos impuestos o porque no puedan pagar unos más elevados. Por supuesto sería cínico decir eso. No quieren hacerlo porque temen y/o justifican la mezquina y codiciosa conducta que adoptarían los gravados. Cospedal parece decir: no gravamos más a los más pudientes, porque éstos adoptarían unas conductas económicas que ocasionarían más paro y, por tanto, más dolor a los más débiles. Pero no sólo eso, además está diciendo que un Gobierno de la derecha no estaría dispuesto a hacerle frente a tan insolidario comportamiento.

domingo, 28 de agosto de 2011

El PP pide caridad fiscal

Hoy publica la prensa una entrevista con el portavoz del PP, González Pons, en la que formula unas opiniones sobre fiscalidad que tienen interés, en cuanto desvelan sin complejos cuál es la política fiscal que defiende el PP.

En síntesis, Pons pide a los ricos españoles que actúen como los 16 grandes propietarios franceses, que han pedido públicamente pagar más impuestos. No obstante, se ha mostrado contrario a recuperar el Impuesto sobre el Patrimonio o a subir los impuestos en vigor. Nótese la singular coherencia de la propuesta. Se le ruega a los ricos que tengan la bondad de pagar más impuestos, pero, si éstos finalmente accedieran a ello, tendrían que hacerlo en un “cepillo” de caridad, ante la inexistencia de la figura tributaria más apropiada en estos casos, como es el citado Impuesto sobre el Patrimonio. Por cierto, suprimido por el peligroso “izquierdista” Zapatero.

Para Pons, para el PP, supongo, la obligación de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos por parte de los ricos es algo meramente voluntario. En línea con las opiniones de Pons, yo le propongo al PP financiar las políticas sociales recuperando instituciones de antiguo arraigo entre nosotros, como los “roperos” de las damas de la buena sociedad, las cuestaciones del Domund, ahora que hay tantos negritos necesitados en suelo patrio y otras similares.

Una de las principales razones de mi cada vez más profunda desafección social y política, por no decir que es la principal razón, es la total inexistencia de justicia fiscal en España. Los sucesivos gobiernos, tanto de presunta izquierda, como de derecha, han venido ciscándose en el artículo 31.1 de la Constitución Española de 1978 (1), hasta conseguir que nuestro sistema fiscal sea hoy una auténtica farsa constitucional. Después de oír a Pons estoy mucho más tranquilo, ya que estoy seguro que la caridad es un remedio infalible para nuestros males y, sin duda, contará con la bendición de su santidad. Le sugiero a Rajoy que nombre Ministro de Hacienda a Rouco. Su seguro ascendiente entre la piadosa plutocracia carpetovetónica hará que suba la recaudación.

Es una pena que ya no esté Berlanga entre nosotros, para hacer la crónica de lo que se avecina.

(1) Artículo 31.1.- Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.

Mourinho ya tiene su valedor

El Mundo le da la primera página a Mourinho, en domingo, para que éste siga diciendo fatuidades y defendiendo esa conducta indefendible:

elmundo_750

El otro día investí a Mourinho y a Rouco como heraldos del nuevo régimen. Hoy te presento al indiscutible hagiógrafo.

jueves, 25 de agosto de 2011

La ¿última? inconsistencia de Zapatero

Siempre he considerado a Zapatero como alguien con endebles principios, por decirlo suavemente. Pero no porque sea un malvado o un depravado, sino porque su política no parece estar sustentada en ninguna base ideológica firme. O en ninguna base ideológica en absoluto. En temas fundamentales de su quehacer político, como la organización territorial del país, la lucha contra el terrorismo, la cohesión social, la política económica, etc. se ha estado moviendo erráticamente todos estos años, dando la impresión de que carece por completo del más mínimo armazón teórico, de principios. Una mezcla de imprudencia, frivolidad, inconsistencia… Esto es lo que creo que aprecia la mayoría de los ciudadanos y lo que, a mi juicio, la historia dirá de él.

Su gestión va a tener efectos devastadores (ya los está teniendo) para la izquierda en España, que previsiblemente no volverá al poder en muchos años, a menos que la derecha vuelva a cometer errores tan graves como en 2004.

La última ocurrencia ha sido este asunto de la reforma para otorgar rango constitucional al límite de déficit del sector público. En estos momentos, todas las opiniones que no están abducidas por la irresistible presión del mercado financiero sostienen que el sector público tiene que asumir un protagonismo económico decisivo, si queremos evitar una larga y cruel depresión como la de los años 30 del pasado Siglo.

Esto dice Paul Krugman hoy en su blog: “At this point the entire advanced world is doing exactly what basic macroeconomics says it shouldn’t be doing: slashing spending in the face of high unemployment, slow growth, and a liquidity trap (1). It’s a global 1937. And if the result is another recession, the witch-doctors will just demand more bleeding.” (En este punto, todo el mundo desarrollado está haciendo exactamente lo que la macroeconomía básica dice que no debemos hacer: recortar el gasto ante la elevada tasa de desempleo, el lento crecimiento y la “trampa de liquidez”(1). Se trata de una repetición de 1937 a nivel mundial. Y si el resultado es una nueva recesión, los hechiceros sólo van a demandar más sangre).

Las posturas están claras. En estos momentos es más fácil que en muchos años identificar a la izquierda y a la derecha, conceptos que algunos creían desaparecidos. La crisis económica, por cierto, provocada por la exuberante codicia de los ricos, causa y seguirá causando numerosas víctimas entre los más débiles y desfavorecidos de la sociedad, en forma de paro, pobreza y otras calamidades. A veces se pierde la perspectiva y se olvida que, por encima de cifras y teorías económicas, hay millones de personas que sufren y unas decenas de miles que, no sólo no sufren, sino que pueden hasta sacar tajada de la situación.

En este escenario, las soluciones que se nos presentan son, por un lado, reducir los impuestos, recortar el gasto público y maniatar al Estado y, por el otro, subir los impuestos, especialmente a los más ricos y hacer que el Estado asuma un decidido papel, no sólo en la recuperación económica, sino en la protección de los más débiles. ¿Quién si no podría ocuparse de ambas cosas?

Zapatero ha decidido ya de qué parte ponerse. Ha decidido alinearse con la falta de miras de Merkel y Sarkozy, con el extremismo conservador del “Tea Party” y con el voraz egoísmo de los poderes económicos mundiales.

Borrell y algunas otras personalidades del PSOE se han movido inquietos en sus asientos ante la ocurrencia. No creo  que lleguen a bloquearla, pero esto pone de manifiesto otra de las inconsistencias de la propuesta. La reforma constitucional me parece, como he dicho, profundamente de derechas y perjudicial económicamente. Pero no menos perjudicial será enfrascarnos en un debate acerca de ella, ante la mirada atónita de aquellos que nos tienen que comprar la deuda pública necesaria para que no nos hundamos.

Lo que vengo diciendo, frivolidad e inconsistencia.

(1) La trampa de la liquidez (liquidity trap), en la economía keynesiana, es una situación en la que la política monetaria no puede estimular la economía, ya sea a través de la reducción de los tipos de interés o el aumento de la oferta monetaria. Las trampas de liquidez ocurren típicamente cuando se dan expectativas de eventos adversos, como por ejemplo, deflación, demanda agregada insuficiente, o guerra civil o internacional. Estas situaciones provocan que las personas con activos líquidos no estén dispuestas a invertir.

martes, 23 de agosto de 2011

Gesto inaceptable

En la foto de abajo, ¿qué es más grotesco, los “zapatitos” rojos de Ratzinger o el gesto servil del príncipe? Yo creo que es difícil dilucidarlo. No obstante, los zapatos sólo son una cuestión de gusto. Pero ver al heredero de la Corona prosternado ante un jefe religioso es política y constitucionalmente inaceptable.

Pleitesía del prícipe

El cuento de la lechera de las bajadas de impuestos

En el debate que se avecina en los próximos meses, volveremos a oír la cantinela, muy querida para el PP, en el sentido de que bajando los impuestos se aumenta la recaudación. A mí siempre me pareció una pura argucia para beneficiar a los ricos, pero me faltaba el arsenal teórico para combatirla.

Buscando en el blog del Nobel de economía 2008, Paul Krugman, encontré esta entrada, en la que desmiente categóricamente el ejemplo que siempre se nos pone de ese prodigio fiscal en la era de Reagan. Después de leerlo uno se pregunta: ¿cómo es posible que una trola como esa haya llegado a tener tanto éxito, aun siga circulando en amplios sectores y, como dice Paul Krugman, oyéndose en lugares muy respetables? y ¿tan débil es el pensamiento de la izquierda o tan poderosa es la derecha? Tendremos que concluir que sí.

Este es el blog de Paul Krugman (la traducción es mía; pido disculpas por los errores).

Paul Krugman - New York Times Blog

17 de enero 2008, 19:03

Reagan y los ingresos

Ah – Este es el comentario de Tom, en respuesta a mi entrada sobre los impuestos y los ingresos:

”Los impuestos se redujeron en el inicio de la administración Reagan.
La recaudación por impuestos federales aumentó en un 50% a finales de la Administración Reagan.
Aunque la correlación no prueba la causalidad, la reducción de impuestos debe ser tenida en cuenta como una parte de este aumento de la recaudación tributaria federal.”

No podría haber encontrado un mejor ejemplo de por qué es importante corregir la inflación y el crecimiento de la población, ya que se trata de fenómenos que tienden a hacer crecer los ingresos, independientemente de la política fiscal.
De hecho, los ingresos federales se elevaron un 80 por ciento en dólares desde 1980 a 1988. Y esta clase de números (a veces jugando con las fechas) son arrojados constantemente por los hagiógrafos de Reagan.
Lo cierto es que los ingresos reales per cápita crecieron sólo un 19 por ciento durante el mismo período - mejor que el previsible resultado de Bush, aunque todavía no hay nada emocionante. De hecho, es menor que el crecimiento de los ingresos en el período 1972-1980 (24%) y mucho menor que el increíble incremento del 41% de 1992 a 2000.
¿Es realmente posible que todas las declaraciones triunfalistas acerca de que los recortes fiscales de Reagan dieron lugar a un auge de los ingresos - declaraciones que vemos en lugares muy respetables - se basan nada más que en la errónea omisión de no hacer las correcciones más elementales de la inflación y el crecimiento de la población? Sí, es posible. Sé que se supone que debemos fingir que estamos teniendo un debate serio en este país, pero la verdad es que no lo es.

Actualización: Para los “econoempollones” que hay por ahí: los ciclos económicos son un problema aquí – el crecimiento de los ingresos desde la fase baja del ciclo hasta su cima se ve mejor que a la inversa. Lamentablemente, los ciclos económicos no se corresponden con los distintos presidentes. Pero contemplar las modificaciones en los ingresos de pico a pico sigue siendo revelador. Esta es la tasa anual de crecimiento de los ingresos reales per cápita en algunos ciclos:
1973-1979 (Nixon, Ford y Carter)*: 2,7%
1979-1990 (Reagan 1981-1989)*: 1,8%
1990-2000 (Clinton 1993-2001)*: 3,2%
2000-2007 (Bush 2001-2009)*: aproximadamente cero
¿Ves el auge de ingresos de los gobiernos de Reagan y Bush derivados de los recortes de impuestos? Yo tampoco.

*Las referencias a los diferentes Presidentes las he puesto yo.

Hasta aquí, Paul Krugman.

lunes, 22 de agosto de 2011

“Dios no es bueno”

Yo he celebrado la visita de Ratzinger leyendo el libro del escritor y polemista inglés Christopher Hitchens, “Dios no es bueno”, un alegato sobre la inconsistencia y la crueldad de las religiones, de todas las religiones.

Ahora leo en Internet que la anacrónica e insaciable secta del “Camino Neocatecumenal”, más conocida como “los kikos”, ha vuelto a tomar hoy el centro de Madrid para una nueva demostración, presidida por el Presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela. En el mitin, el cabecilla de la secta, Kiko Argüello, ha anunciado su inminente propósito de evangelizar la China, para lo que afirmó disponer de un ejército de 20.000 misioneros.

Los clérigos “kikos” probablemente serán recibidos con la misma pregunta que ya les hicieron a los primeros misioneros cristianos: qué clase de dios es este que no ha informado a los chinos en miles de años, como recuerda Hitchens en su libro.

El otro día vaticinaba yo en este blog que se avecinan tiempos “mourinhos”. Tiempos “mourinhos” y tiempos “roucos”. Qué le vamos a hacer, paciencia y a aguantar.

¿Es esto progreso?

Lo que los medios de prensa occidentales llaman la “primavera árabe” no me inspira la más mínima simpatía. Las desgraciadas sociedades de Tunez, Libia, Egipto, Siria y otros países están tratando de deshacerse de sus viejas dictaduras laicas, para caer sin remedio en las garras de atroces dictaduras teocráticas. Esta significativa e inquietante foto ilustra hoy en los periódicos la lucha de los rebeldes libios.

Libia1

Y, en mi opinión, este es el mañana más que previsible que les espera:

burka

domingo, 21 de agosto de 2011

El nuevo aroma de Sevilla

Me pregunto qué pensarán todos los que estaban deseando echar a los socialistas y a Monteseirín del Ayuntamiento de Sevilla. Me pregunto si lo que buscaban con el cambio es lo que les está ofreciendo el nuevo gobierno municipal.
Es pronto para enjuiciar a los nuevos gestores. Pero no lo es para percibir el aroma de una nueva política. El primer gesto del nuevo alcalde fue ir a postrarse de hinojos ante la imagen de la Macarena. Me recordó al primer gesto de Zapatero, sacando las tropas de Irak atropelladamente y sin consultar con sus aliados. Ambos, gestos para la galería, pero sólo para una parte de la galería. Se trata de decisiones dirigidas a una porción de la ciudadanía, incluso más reducida que la de los partidarios: la porción de los incondicionales.

Zoido Macarena

Luego vino la notoria y muy publicitada peregrinación a las jornadas papales de la juventud. El talludito alcalde sabrá qué hacía allí, en donde nada pintaba como alcalde y menos como joven. Pero, cuánto agradó aquello, de nuevo, a sus incondicionales, a quienes tanto irritó que sus antecesores de Izquierda Unida peregrinaran a Cuba. Nuestros ediles se pasan la vida peregrinando de acá para allá.
Pero, ¿qué hay de la gestión? Poca cosa y nada prometedora. Lo más importante ha sido reabrir la barra libre a los autos en el casco histórico.
Tú te preguntarás porqué irritan tanto a la derecha sevillana las restricciones al tráfico privado en el centro de la ciudad. No te puedo responder. Se trata de una cuestión objetiva e incontrovertida en el resto del mundo, excepto en Sevilla. En todas las ciudades del mundo, quienquiera que sea el que las gobierne, el tráfico privado va siendo expulsado progresivamente de los centros históricos. Pero no por razones ideológicas, ni siquiera medioambientales, aunque también. Sino por razones físicas: los automóviles no caben en las calles. Y frente a tan elementales leyes físicas no hay izquierda ni derecha. Excepto en Sevilla.
La decisión de eliminar las restricciones al tráfico privado, al contrario que su opuesta, sí es una decisión ideológica. Una decisión ideológica que no desentona con el resto de gestos del nuevo alcalde y que, en su conjunto, desprenden un aroma inconfundible. En estos tiempos de restricciones de todo tipo, cuando poco puede hacer un ayuntamiento para el bienestar de sus vecinos, por falta de medios, el Alcalde de Sevilla ha decidido, al menos, hacer guiños a sus incondicionales.

viernes, 19 de agosto de 2011

NOVEDAD: seguimiento del blog/NEW: follow-up blog

Si utilizas la herramienta del margen derecho de esta página, llamada "Seguimiento por correo electrónico", serás advertido en la dirección de correo electrónico que señales, tanto de las nuevas entradas del blog, como de los nuevos comentarios que se publiquen.

With the tool on the right side of this page, which is called "Seguimiento por correo electrónico," you will be able to receive an email when there are, both a new posts, or a new comments in my blog.

jueves, 18 de agosto de 2011

Mourinho como síntoma

Cuando volví de Inglaterra me enteré de que el Presidente del Real Madrid había resuelto el conflicto de autoridad entre Mourinho y Valdano despidiendo a éste último. El Real Madrid nunca me ha caído simpático. Todavía hoy lo veo como una de las pocas instituciones claramente ligadas a la dictadura de Franco que, no sólo no ha desaparecido, sino que sigue teniendo arraigo y prestigio social. Y en un cierto sentido, su conducta como club sigue siendo la misma que cuando la presidía aquel individuo autoritario, arrogante y despreciativo, además de franquista, que tanta gracia le hacía a algunos y que se llamaba Santiago Bernabeu. El despido de Valdano y el consecuente encumbramiento irrestricto de Mourinho es la última manifestación de esta realidad.

La afición del Real Madrid participa de ese clima general que se respira alrededor del club, lógicamente. Para el Real Madrid la derrota es una anomalía, un desorden, una alteración del curso natural de las cosas. Por eso, cuando el equipo va perdiendo es raro oír rugir a los hinchas en el estadio apoyándolo y no es infrecuente que le silben. Por eso sus jugadores, técnicos y directivos suelen tener tan mal perder.

La mayoría de los hinchas de los equipos de fútbol, aun en el globalizado fútbol de hoy, tienen un vínculo con el barrio, la ciudad, la provincia o el área geográfica a la que pertenece el equipo. En cambio, la mayoría de los hinchas del Real Madrid no tienen este vínculo geográfico, porque ni son ni viven en Madrid. Y, como es sabido, mucha de la gente que vive en Madrid es originaria de otras partes o lo eran sus padres. Muchos de los hinchas del Madrid lo son, por tanto, en cuanto equipo ganador, y no en virtud de un vínculo afectivo con el equipo o con el club. El hincha genuino lo es siempre (¡viva el Betis “manque” pierda!), mientras que el impostado es más bien un hincha de conveniencia, que lo es para ver a su equipo ganar y que no puede evitar sentir un cierto estupor ante la derrota.

En otro sentido, el Madrid tiene un cierto halo (o costra, según se mire) de equipo “nacional”, en el peor sentido de esta desdichada palabra. Obviamente, este es el vínculo que liga a otro sector de hinchas, más aguerridos políticamente, con el Real Madrid que, desde luego, no desentona con el ambiente general de la entidad. Esto no es exclusivo del Real Madrid. Aficiones como la del Sevilla también han tenido ocasión de demostrar en sus estadios sus inclinaciones histórico-políticas con motivo de las visitas de equipos vascos o catalanes. Por eso, la rivalidad entre el Madrid y el Barcelona transciende en ocasiones el ámbito futbolístico, adentrándose en peligrosos territorios extradeportivos. En esta lid se ven acompañados por no pocos hinchas del Barcelona, y, a veces, por directivos, henchidos también de fervor “nacional-ista”.

Desde un punto de vista puramente deportivo, el Real Madrid es hoy día un equipo básicamente mercenario. Basta comparar la alineaciones del partido de anoche para darse cuenta de esto. El Real Madrid alineó de inicio sólo a 3 jugadores españoles, frente a 7 el Barcelona. Como bien se comprende, esto no facilita los vínculos afectivos de la hinchada con el equipo.

Viene todo esto a cuento, lógicamente, del espectáculo que ofreció Mourinho anoche al final del partido de la Supercopa, metiéndole alevosamente el dedo en el ojo (literalmente) al segundo entrenador del Barcelona, justo cuando su equipo acababa de encajar un gol que a la postre fue el de la derrota y era expulsado uno de sus jugadores, por darle a un contrario una destemplada patada de mal perdedor.

Hoy he visto en la televisión un programa deportivo de la cadena Cuatro en el que, entre otras cosas, preguntaban a los aficionados madridistas que encontraban por la calle acerca del incidente. No era una encuesta con rigor estadístico, desde luego. Pero, significativamente, la práctica totalidad de los entrevistados apoyaba a Mourinho “a muerte”, como llegó a decir uno de ellos.

¿Sorprendente? No para mí. Esa es la personalidad inmanente del Real Madrid, tan bien representada hoy por Mourinho: autoritarismo, soberbia, chulería, desprecio del contrario. Su correlato en el ámbito político parece anhelarlo ya más de la mitad de los españoles, según las encuestas. Ahí lo llevan.

Los saqueos de Londres no son política, sino física

La búsqueda de explicaciones racionales a los recientes disturbios en Londres y otras ciudades inglesas me ha llevado a leer diferentes opiniones publicadas en la prensa británica de estos días. Para ser honesto debo decir que mi "investigación" se ha limitado a los diarios "The Independent" y "The Guardian", que son los que leía casi a diario cuando estaba allí, porque son los que me inspiran más confianza.
De entre las interpretaciones más sugerentes que he leído se encuentra este artículo publicado en The Guardian por la intelectual canadiense Naomi Klein.
Naomi Klein
Naomi Klein
La autora recuerda los saqueos que se produjeron en factorías y bienes públicos (bibliotecas y museos) en Irak, tras la invasión de los EE.UU. y la caída de Saddan Hussein. La autora recuerda cómo entonces los comentaristas pensaban que aquellos saqueos tenían un significado político: los iraquíes comunes, después de ver cómo Saddan Hussein y sus hijos se habían apoderado de todo lo que les apeteció, cualquiera que fuera su dueño, sintieron que se habían ganado el derecho de tomar algunas cosas por sí mismos.
Pero Londres no es Bagdad, ni David Cameron es Saddan Hussein, dice Naomi Klein. De modo que propone que tengamos en cuenta un ejemplo más cercano: la Argentina de 2001. La economía se encontraba en caída libre y la gente empobrecida, tras una política económica de rapiña y de privatización y venta al exterior de los más valiosos activos nacionales. Esta política fue denominada, significativamente, “saqueo”. En este contexto multitudes amotinadas produjeron saqueos en grandes superficies comerciales de propiedad extranjera. La gente salía empujando carritos con los bienes que ya no podían permitirse: ropa, electrónica, carne… Los argentinos entienden, según la autora, que este saqueo no habría sido posible sin el previo saqueo del país por toda la caterva de políticos corruptos que había gobernado en los años anteriores.
Tras la crisis bancaria de 2008, los dirigentes del mundo, reunidos en el G-8 o en el G-20, decidieron no pedir cuentas a los responsables del desaguisado financiero universal. Ni castigaron a los banqueros ni les pidieron que devolvieran los suculentos incentivos que habían estado cobrando hasta el día antes del estallido. En su lugar, volvieron cada uno a sus países con la decidida intención de hacer pagar los platos rotos de la crisis a los más débiles y vulnerables, despidiendo trabajadores, reduciendo salarios y pensiones, recortando prestaciones sociales y todas las medidas que estamos contemplando cada día en cada país. Naomi Klein llama a esta política económica de los principales países del mundo “saqueo global”.
Con un amargo sarcasmo la autora termina diciendo que el error de Cameron ha sido recortar los presupuestos de la policía al mismo tiempo que todos los recortes sociales. Porque cuando se le quita a la gente lo poco que tiene, con el fin de proteger los intereses de aquellos que tienen más de de lo que nadie puede merecer, es esperable una cierta resistencia, ya sea mediante protestas o saqueos espontáneos. Y esto no es política. Es física.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Leroy

Mi amigo Manolo Durán ha destacado en su Facebook este vídeo de Leroy.

Leroy es un chico de Vitoria, de 19 años, con un enorme talento musical. El vídeo es una soberbia versión de la canción “Someone like you”, de Adele. En esta página puedes ver más canciones de Leroy: http://leroybejarano.blogspot.com/search/label/videos