domingo, 31 de diciembre de 2006

¡Qué asco!

Siento asco de esos desalmados que colocan 200 Kg. de explosivos en un lugar público y concurrido, asesinando a 2 personas (podrían haber sido centenares) y produciendo unos destrozos que ahora pagaremos entre todos. ¿Entre todos? Bueno, entre todos los que pagamos impuestos en la hacienda estatal y en proporción a lo que pagamos. No sé si esto incluye, también, a quienes viven en los privilegiados territorios forales.

Siento asco de quienes se vienen aprovechando del chantaje terrorista para vivir políticamente. A sabiendas de que a ellos, haya o no haya tregua, nunca les tocarán un pelo. ¿Es imaginable un atentado como el de Barajas en el aeropuerto de Bilbao? ¿Es imaginable que la ETA atente contra Arzallus, pongamos por caso?

Y siento asco de los que parecen alegrarse de que la ETA haya asesinado a 2 pobres inmigrantes ecuatorianos, pretendiendo que eso les da la razón en sus críticas a la política antiterrorista Gobierno. El editorial del diario El Mundo de hoy no puede ser más revelador. Cuando ETA provoca muerte y destrucción, el culpable es el irresponsable Zapatero. Repugnante.

sábado, 30 de diciembre de 2006

El canario se ha muerto y seguimos picando...

La reducción de la masa de hielo de los casquetes polares es una evidencia del calentamiento global del planeta. Recientemente, un enorme bloque de hielo se ha soltado de la costa de Canadá y viaja a la deriva en el Círculo Polar Ártico.
Contra toda lógica, la humanidad se comporta como el minero que siguiera picando carbón en la mina, después de ver morir al canario detector del grisú. Y los EEUU siguen sin firmar el protocolo de Kioto.

viernes, 29 de diciembre de 2006

Ya sabemos de qué va lo de Air Madrid

La Cadena Ser lo acaba de desvelar esta tarde. A estas horas (las 0,00 horas del día 30 de diciembre de 2006), ni El Mundo ni la COPE se han hecho eco de la noticia...lógicamente.
Atentos, habrá más.

viernes, 22 de diciembre de 2006

Los billetes de 500 euros, un refugio de bribones

España acapara cada vez más billetes de 500 euros. El número de los que circulan por el país aumentó ligeramente el pasado mes de octubre, hasta sumar 108 millones. Esta cantidad representa el 26,5% de todos los que circulan por la zona euro, según datos del Banco de España. Este dato contrasta con el PIB de España, que representa el 11% del conjunto de países de nuestra zona monetaria, según estadísticas del Banco Central Europeo. La acumulación de esos billetes de alta denominación es un indicio de economía sumergida. En el último año los emitidos menos los retirados han crecido un 23%.
Esto seguirá siendo así mientras las transacciones económicas entre particulares sigan amparadas por la opacidad que les otorga un malentendido derecho a la intimidad.
¿Cuándo nos daremos cuenta de que eso no es un derecho, sino un refugio de bribones?

domingo, 17 de diciembre de 2006

Objeción de conciencia para los verdugos

El Gobernador del Estado USA de la Florida se ha visto obligado a aplazar las ejecuciones de los condenados a muerte, después de que un preso tardase el pasado miércoles en morir más de 34 minutos, tras serle aplicada la inyección letal. En el artículo de El País de hoy puedes leer los truculentos detalles de la noticia. Este es el mapa de la pena de muerte en Estados Unidos.


Todo esto me deja sin palabras, sólo acierto a pedir la objeción de conciencia para los verdugos. Me resulta imposible concebir que un ser humano se preste voluntariamente a atormentar a un semejante y, finalmente, a matarlo.

sábado, 16 de diciembre de 2006

Air Madrid y la codicia del capitalismo

Siempre he pensado que son la codicia y la avaricia y no otra cosa los motores de la economía, que es tanto como decir del desarrollo de la humanidad. Probablemente hay otros modos más edulcorados de referirse a ello, como el libre mercado, el “laissez faire, laissez passer” y otras expresiones con las que pretende justificarse la supuesta eficiencia de un sistema económico. Digo supuesta porque sostener que mercados como el inmobiliario o el de la electricidad son eficientes por ser libres (¿¡) no deja de ser una martingala de trincones y aprovechados, un sarcasmo para consumo de necios.
Pero no todos los días nos ofrecen la ocasión de comprobar tan certeramente la verdad de este aserto como hoy con el asunto de Air Madrid. Una compañía nacida al calor de la moda de los vuelos baratos, cuyos dueños, cuando han dejado de ganar dinero, la han cerrado, dejando en la estacada, al parecer, a 300.000 personas que tenían sus pasajes comprados, casi la mitad de ellos, para vuelos de vuelta. Por cierto, la mayoría de los afectados son inmigrantes iberoamericanos.
¡Cuántas cosas nos sugiere este episodio!:
- ¿Qué juicio moral nos merece un sistema económico que produce estas secreciones tan inmundas?
- ¿Y unos sujetos que por mero afán de lucro provocan tales perjuicios a 300.000 personas? ¡Ay!, ese sistema jurídico, tan preocupado por la defensa de la propiedad privada, ese Código Penal tan pendiente del pequeño chorizo. Y qué son los dueños de Air Madrid, sino una inmensa sarta de chorizos de cantimpalo.
- Al final, el Estado, es decir, tú y yo con nuestros impuestos, ha de venir a resolver el desaguisado, como siempre.
- Y mientras, ¿qué opinión le merece a la CEOE (Confederación Española de Empresarios) esta conducta empresarial de uno de sus asociados ?
- ¿Y la Conferencia Episcopal? Tan rauda en la denuncia de las infracciones de su moral particular. ¿No tendrá nada qué decir?
El mejor ejemplo de la indecente impunidad en la que se sienten estos desalmados lo ofrece la discusión sobre la cifra de afectados. Ellos dicen que han dejado pendientes de regresar de sus destinos a 130.000 personas, mientras que el Ministerio reduce esa cifra a 50.000. El culpable carga las tintas de su culpa y quien debe perseguirla la empequeñece. Parece el mundo al revés.
Y es que los pecados de codicia y avaricia se expían en la otra vida. En esta vida sólo padecen los de siempre: en este caso, los 130.000 ó 50.000 (tanto da) inmigrantes que se han quedado sin vuelo de vuelta.
Loemos todos al sagrado capitalismo.