domingo, 22 de abril de 2007

A buenas horas mangas verdes

EL PAÍS - Economía - 22-04-2007

LUCÍA ABELLÁN - Madrid


Hacienda llama a declarar a los autores de operaciones sospechosas con billetes de 500 euros Los bancos y las empresas de seguridad han suministrado la información clave en la investigación.

Un billete de 500 euros basta para abonar la pensión de una viuda en España. Ese medio de pago, grande y de color violáceo, es desconocido para la mayor parte de los ciudadanos. Pero existe una minoría que los maneja con soltura. La proliferación de esos billetes preocupa a Hacienda, que está llamando a declarar a los primeros sospechosos de haber empleado grandes cantidades con fines fraudulentos. Este departamento interrogará a las personas físicas o jurídicas (empresas, abogados, testaferros...) que durante los últimos meses hayan realizado operaciones con más de 1.000 billetes de 500 euros. Las citaciones suponen el último paso de un largo proceso en el que la Agencia Tributaria trata de desenmascarar a los protagonistas de estas operaciones para ver si son transparentes. Manejar grandes cantidades de billetes de alta denominación no es delito, pero sí puede ser un indicio de movimientos de dinero negro. Que un ciudadano retire del banco más de 1.000 billetes de 500 euros u ordene una transferencia por ese importe es cuando menos llamativo y merece la atención de Hacienda, aunque sea para certificar que todo está en orden. En la mesa de este departamento hay identificadas 2.100 operaciones de este tipo. El reto ahora es interrogar a los autores y preguntarles sus motivaciones.La Agencia ha repartido entre sus centros territoriales los casos para que vayan citando a los sospechosos, según confirman en este organismo. Aunque aún no existen detalles sobre la investigación, se sospecha que la mayoría de las operaciones procede del sector de la construcción, uno de los principales focos de fraude en España. Las zonas donde más abundan los billetes de 500 euros son las de mayor desarrollo económico y, en particular, inmobiliario: Madrid y todo el arco mediterráneo (Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía).
Cuando un contribuyente recibe una citación de la Agencia Tributaria dispone de 10 días para comparecer. Si se niega, se encuentra con una segunda notificación más una sanción, creciente a medida que se acumulan las negativas a declarar ante Hacienda. A la tercera, la Agencia intenta buscar vías alternativas para cobrar la deuda que el ciudadano haya podido contraer con el fisco (por ejemplo, negándole devoluciones tributarias a las que tuviera derecho hasta que no aclare las sospechas).
Los inspectores también tienen la posibilidad de personarse sin previo aviso en las dependencias de la empresa objeto de rastreo. Este procedimiento se sigue en los casos motivados por algo más que una presunción.
Hacienda dispone de un año a partir de la primera notificación para demostrar que el contribuyente ha defraudado y cerrar el proceso. En supuestos excepcionales, la investigación se puede alargar un año más, pero nunca es ilimitada. Las reglas del juego cambian cuando interviene la justicia. Si la Agencia aprecia delito en la conducta del investigado remite el asunto a los tribunales. Para que exista delito fiscal tienen que darse dos condiciones: que la cantidad defraudada supere los 120.000 euros y que exista voluntad de defraudar. Así, por ejemplo, si un contribuyente cree que tiene derecho a unas deducciones por valor de 200.000 euros pero la Agencia se las deniega y le obliga a ingresar esa cantidad no existe delito, pues el contribuyente no tenía intención de obrar de forma espuria.
La identificación de los acaparadores de billetes de 500 ha sido laboriosa. Bancos y cajas han entregado ya prácticamente toda la información requerida por la Agencia Tributaria. El fisco pidió hace meses a las entidades financieras los nombres de aquellos clientes que hubieran realizado operaciones voluminosas con los billetes bin laden (denominados así porque todo el mundo habla de ellos, aunque nadie los ha visto). La mayoría ha facilitado los datos. Sólo algunas entidades "se han resistido", según fuentes cercanas a la investigación. En esos casos se han alegado razones diversas, nunca el rechazo a proporcionar los datos solicitados.
La Agencia Tributaria ha mantenido reuniones con la Asociación Española de Banca y la Confederación Española de Cajas de Ahorros para intentar concienciar al sector de que era importante colaborar. Finalmente, las entidades han identificado por separado a los autores de esos movimientos sospechosos, sin coordinarse como colectivo.
Las primeras en facilitar información -"la más fiable", en palabras de un funcionario- fueron las empresas de seguridad. Cualquier movimiento de grandes cantidades de billetes pasa por las manos de estas compañías para evitar posibles robos. También aquí se produjeron algunas reticencias a cooperar, aunque finalmente se superaron. Las empresas de seguridad comunicaron a la Agencia adónde habían trasladado esas sumas de dinero (un mínimo de 500.000 euros cada vez). Las pistas sirvieron como base para solicitar más información a los bancos y arrinconar a los sospechosos. La Agencia se enfrenta ahora a la minuciosa tarea de desentrañar una por una las 2.100 operaciones descubiertas y decidir si son fraudulentas. En ese caso, caben dos opciones: o se sanciona por el procedimiento tributario ordinario o se remite a los tribunales.
Mientras los funcionarios de la Agencia siguen la pista al dinero, los billetes de 500 euros no dejan de multiplicarse. En febrero, su valor ha superado por primera vez los dos tercios (el 67%) de todo el dinero en circulación, según datos del Banco de España. El país alberga más de una cuarta parte (el 26%) de todos los que se mueven por la zona euro. La escalada sorprende incluso a los expertos. "En cualquier otro sector, cuando la Agencia interviene las prácticas fraudulentas se frenan. Choca que en este caso no sea así", explican fuentes de la Inspección.

LOS PASOS DE LA INVESTIGACIÓN

La Agencia Tributaria cita al sospechoso, que tiene 10 días para personarse o aportar la documentación requerida.Si se niega, Hacienda le impondrá sanciones y le enviará nuevos requerimientos hasta dar con él.Cuando las autoridades detectan fraude incoan un acta, imponen una sanción y cobran la cantidad adeudada. Si el contribuyente está de acuerdo la firma; si no, la puede recurrir.En caso de que exista delito fiscal (deuda superior a 120.000 euros y voluntad de defraudar), blanqueo de capitales o cualquier otra variante, la Agencia Tributaria remitirá el asunto a los tribunales, que resolverán el proceso.

domingo, 15 de abril de 2007

Una buena noticia en un mar de desaliento

Es dificil sustraerse a una visión unidimensional del Islám y de los paises islámicos, ya que la realidad nos empuja. Noticias como esta que recoge la prensa de hoy deben servir de aliento a quienes pensamos que es posible una evolución de las sociedades mayoritariamente islámicas en una dirección que haga viable un acuerdo universal sobre valores comunes.
Este movimiento en Turquía debe ser visto con simpatía en Occidente, debe ser apoyado y ha de servir para que el proceso de integración de este gran país en la Unión Europea no se detenga.


N.B. Espero que los manifestantes de Ankara no los haya contado el mismo que cuenta a los que se manifiestan en Madrid contra el Gobierno de Zapatero.

jueves, 12 de abril de 2007

La honra de Díaz de Mera

Agustín Díaz de Mera era el Director General de la Policía cuando se produjo el mayor atentado terrorista de la historia en suelo europeo, timbre de gloria del que pocas personas podrán alardear. Como premio a una gestión tan previsora, su partido lo colocó de diputado del Parlamento Europeo, una de las ocupaciones más lucrativas para un político.
Burla burlando, un buen día, este diputado se presenta en la COPE con la primicia de que un amigo suyo policía le ha contado que otro policía le ha dicho que el Gobierno de Zapatero ha ocultado al juez instructor del caso del 11M un informe en el que se prueban las relaciones entre los islamistas procesados y la ETA. Con la evidente intención de seguir creando confusión en torno al caso y la vana pretensión de dar retrospectivamente la razón al Gobierno que lo nombró, en sus engaños entre los días 11 y 14 de marzo de 2004, acerca de la autoría del atentado.
Cuando es citado a declarar en el juicio vuelve con la misma cantinela y se niega a dar el nombre del policía que le había dado el presunto chivatazo, a pesar de la insistencia del Presidente del Tribunal. Para justificar su negativa suelta la insidia de que pretende proteger a su confidente, cuya vida y hacienda peligrarían si lo desenmascarara. Como dando a entender que a este policía podría ocurrirle algo si se conoce su nombre. Como dando a entender que el Gobierno de España (a quien perjudicaría el testimonio, ya que fue quien presuntamente ocultó el presunto informe) es una banda de mafiosos, capaz de liquidar a quien se vaya de la lengua. Muy gallardamente, nuestro hombre soporta con estoicismo que el Tribunal le imponga una multa de 1.000€ y proceda contra él por no colaborar con la justicia.
Tras unos días, nuestro héroe recapacita y le escribe una carta al Tribunal en la que le da el nombre de su informante y dice que este le contó lo siguiente: que la Dirección General de la Policía le encargó a un funcionario un informe sobre posibles conexiones entre islamistas y la organización terrorista ETA con referencia al 11-M; en dicho informe, el citado funcionario relataba relaciones entre los islamistas y ETA y además apuntaba vías de investigación que se debían seguir; a la Dirección General de la Policía no le gustó el contenido del informe, prescindió de los servicios de su autor y lo trasladó al País Vasco; el informe se le trasladó a otro funcionario policial, que lo "manipuló" y omitió las referencias a las conexiones y otros aspectos relativos a las vías de investigación a seguir; finalmente, este informe así modificado, pasó por otras dos manos, las de dos funcionarios, un hombre y una mujer, que dieron la redacción final al documento.
Este informe, por cierto, está en poder del Juez instructor y forma parte del sumario.
Es decir, nuestro hombre acusa de nuevo al Gobierno socialista, esta vez, no de ocultar un informe al Juez, sino de enviarle uno previamente manipulado y de represaliar al policía que no se plegó a sus designios.
Al día siguiente de la carta de Díaz de Mera al Tribunal, su supuesto informante escribe otra a sus superiores, en la que niega tajantemente haberle contado a Díaz de Mera todo lo que éste ha puesto en su boca. Por otro lado, el funcionario supuestamente replesaliado con un traslado al País Vasco, por haber encontrado, supuestamente, conexiones entre ETA y los islamistas y haberlo plasmado, supuestamente, en un informe, afirma que dicha represalia es otra mentira de Díaz de Mera.
¡Qué episodio más edificante! ¡Qué cara le está saliendo a Díaz de Mera su acta de diputado! Menos mal que su partido exalta su honradez.
Y yo que pensaba que no cabía peor deshonra para un policía que, después de no haber sabido evitar un terrible atentado, dedicarse a propalar insidias y mentiras sobre la gestión de los responsables que le sucedieron en el cargo. Tan deshonrosa me parece esa conducta que no veo manera de lavarla como no sea echando mano del arma reglamentaria. Debería aplicarse a ello este felón y dejarnos en paz con sus monsergas.

martes, 10 de abril de 2007

Paradoja insoportable

(Pincha en la hoja del periódico si te interesa leer las noticias)

Las dos noticias en la misma página de un periódico. ¿Cómo es esto posible?, ¿puede haber cada vez más billetes de 500€ en circulación y, al mismo tiempo, que el ahorro familiar disminuya?
Esto no es sino una muestra más de la indecente farsa en que se ha convertido el cumplimiento fiscal en España. El reparto de las cargas del Estado, según criterios constitucionales (igualdad, progresividad, contribución según la capacidad económica de cada uno, no confiscación...) es soportado por las espaldas de unos pocos centenares de miles de contribuyentes del Impuesto sobre la Renta. Son los asalariados con rentas del estrato medio-alto, a quienes resulta más fácil exigirles una contribución que, en términos de equidad y justicia fiscal, cada vez se aproxima más a una pura confiscación.
Lo peor de mirar para otro lado ante las escandalosas manifestaciones de elusión fiscal es que la insoportable injusticia que conlleva provoca desapego, hostilidad y desafección. Y un incentivo indiscutible para unirse al inmenso club de los defraudadores impunes, que son la mayoría de ellos.

domingo, 8 de abril de 2007

A tres siglos de distancia

EL PAÍS - Última - 08-04-2007

"Nazareno

MANUEL VICENT

El nazareno vestía un hábito morado con capirote amarillo y arrastraba unas cadenas con los pies descalzos detrás del paso de un Cristo durante la procesión del Viernes Santo, junto con otros penitentes de vía dura. Llevaba un hachón encendido en la mano. De pronto, en medio del sonido de trompetas y tambores de unos legionarios, a este nazareno le vibró el móvil en un bolsillo del pantalón y tuvo que hurgar en la faltriquera por los entresijos del hábito hasta que consiguió atraparlo. Le llamaba su hijo desde el laboratorio de biología molecular de Ottawa, en Canadá, donde este joven trabajaba como investigador. El padre atendió la llamada mientras a su alrededor un coro imploraba el perdón de Dios por no se sabe qué clase de pecados. Su hijo le dijo que acababa de recibir una distinción por un trabajo sobre las deformaciones cromosomáticas del cerebro que propiciaban el mal de Alzheimer. A través del teléfono la alegría del joven rebotaba en un satélite y bajaba hasta la capucha del nazareno y a su vez al laboratorio de Ottawa llegaba un coro de ánimas que cantaba: "Perdón a tu pueblo, Señor, no estés eternamente enojado". Uno celebraba en Canadá un éxito de la ciencia; otro arrastraba unas cadenas en un Vía Crucis en el fondo de España para dar gracias a Dios por haber salido vivo de una operación de colon. El nazareno tenía dos vástagos más. Una hija de 20 años estudiaba física matemática en Berlín con la beca Erasmus y había aprovechado las vacaciones de Semana Santa para viajar con un amigo holandés a un poblado de Ruanda a enseñar los primeros números a unos niños. Por las aberturas del antifaz el nazareno sólo veía a un Cristo coronado de espinas entre sayones llevado por los costaleros, pero a su lado caminaban unos empalados y detrás iban unos disciplinantes dándose latigazos en las espaldas llenas de bubones sangrantes. El tercero de sus descendientes se había quedado en casa. Era un esteta que para conmemorar el Viernes Santo esa noche puso en el equipo de música el Réquiem de Mozart y lo escuchaba junto a una botella de oporto, mientras escribía notas para una charla sobre el cambio climático. El domingo de Pascua pensaba ir de excursión a la sierra. Después de las lluvias de Semana Santa el valle estaría lleno de espárragos silvestres y si su novia le hacía con ellos una buena tortilla, esa sería la mejor forma de celebrar que Dios había vuelto a resucitar igual que el año pasado. Entre el nazareno y sus hijos había más de tres siglos de distancia."