lunes, 27 de febrero de 2012

¿Callejón sin salida?

Esta es, en traducción casera, la columna de hoy en The New York Times de Paul Krugman. No dice nada que no haya yo reflejado en este blog antes, por su boca o la de otros, pero hay que seguir insistiendo. Cuando el dolor se eleve a niveles insoportables, que nadie se llame a engaño. Las advertencias fueron claras y constantes.

¿Qué aflije a Europa?
Por PAUL KRUGMAN


Lisboa

Las cosas están fatal aquí; el desempleo está por encima del 13 por ciento. Las cosas están aún peor en Grecia e Irlanda y podría decirse que en España, y Europa en su conjunto parece ser que vuelve a caer en recesión.
¿Por qué se ha convertido Europa en el hombre enfermo de la economía mundial? Todo el mundo cree saber la respuesta, pero desafortunadamente, lo que la mayoría de la gente cree no es cierto y las historias falsas sobre los problemas europeos son deformaciones de nuestro discurso económico.
Lea usted un artículo de opinión sobre Europa o, con demasiada frecuencia, un informe periodístico de hechos supuestamente reales y probablemente se encontrará con una de estas dos historias: la narrativa republicana o la narrativa alemana. Ninguna de las dos coincide con los hechos.
La historia republicana - es uno de los temas centrales de la campaña de Mitt Romney - es que Europa está en apuros porque ha hecho demasiado para ayudar a los pobres y los desafortunados, y lo que estamos viendo es la agonía del Estado del bienestar. Esta historia es, por cierto, la favorita de la derecha: en 1991, cuando Suecia estaba sufriendo una crisis bancaria provocada por la desregulación (¿les suena familiar?), el Cato Institute publicó un informe triunfal que sostenía que esto demostraba el fracaso del modelo del Estado del bienestar general.
¿He dicho que Suecia, que todavía tiene un Estado del bienestar muy generoso, es actualmente la estrella, con un crecimiento económico más rápido que el de cualquier otra nación rica?
Pero, sistematicemos. Observemos a las 15 naciones europeas que utilizan actualmente el euro (dejando a un lado Malta y Chipre), clasificadas por el porcentaje del PIB que destinaban a programas sociales antes de la crisis. ¿Destacan las problemáticas naciones GIPSI (Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia) por tener estados del bienestar inusualmente grandes? No, no destacan por ello. Sólo Italia se encontraba entre los cinco primeros, y aún así su Estado del bienestar era más pequeño que el de Alemania.

Gasto público social sobre el PIB

Así que lo que causó los problemas no fueron estados del bienestar excesivamente grandes.
A continuación, la historia alemana, según la cual la causa de todo es la irresponsabilidad fiscal.

Media del déficit presupuestario en % PIB

Esta historia parece ajustarse a Grecia, pero a nadie más. Italia tuvo déficits en los años previos a la crisis, pero sólo ligeramente superiores a los de Alemania (la gran deuda de Italia es un legado de las políticas irresponsables de muchos años atrás). Los déficits de Portugal fueron significativamente menores, mientras que España e Irlanda en realidad tenían superávit.
Ah, y los países que no están en el euro parecen ser capaces de mantener un gran déficit y una gran deuda sin afrontar ninguna clase de crisis. Gran Bretaña y Estados Unidos pueden pedir prestado a largo plazo a tasas de interés de alrededor del 2 por ciento, mientras que Japón, que está mucho más profundamente endeudado que cualquier otro país en Europa, Grecia incluida, paga sólo el 1 por ciento.
En otras palabras, la helenización de nuestro discurso económico, según el cual tras un año o dos de déficits todos nos convertiremos en otra Grecia, está completamente fuera de lugar.
Entonces, ¿qué aflige a Europa? La verdad es que la historia es principalmente monetaria. Mediante la introducción de una moneda única sin las instituciones necesarias para hacer que la moneda funcione, Europa reinventó efectivamente los defectos del patrón oro, defectos que tuvieron un papel importante en la causa y la perpetuación de la Gran Depresión.
Más concretamente, la creación del euro ha fomentado una falsa sensación de seguridad entre los inversores privados, liberando enormes e insostenibles flujos de capital en las naciones de la periferia de Europa. Como consecuencia de estos flujos, el incremento de los costes y los precios de producción perjudicó la competitividad y las naciones que tenían el comercio más o menos equilibrado en 1999 comenzaron a padecer grandes déficits comerciales. Entonces la música se detuvo.
Si las naciones periféricas todavía tuvieran su propia moneda, podrían y deberían utilizar la devaluación para recuperar rápidamente la competitividad. Pero no tienen esa posibilidad, lo que significa que padecerán un largo período de paro masivo y deflación desesperantemente lenta. Sus crisis de la deuda son principalmente un subproducto de esta triste perspectiva, porque las economías deprimidas conducen a déficits presupuestarios y la deflación aumenta la carga de la deuda.
Ahora bien, comprender la naturaleza de los problemas de Europa sólo ofrece beneficios limitados para los propios europeos. Las naciones afectadas, en particular, sólo tienen malas decisiones a la vista: o bien sufrir los dolores de la deflación o tomar la drástica medida de dejar el euro, que no será políticamente viable hasta que, al menos, todo lo demás fracase (un punto al que Grecia parece que se aproxima). Alemania podría ayudar mediante la reversión de sus propias políticas de austeridad y la aceptación de una mayor inflación, pero no lo hará.
Para el resto de nosotros, sin embargo, comprender la situación de Europa correctamente sí es importante, porque las historias falsas sobre Europa se están utilizando para impulsar políticas crueles o destructivas o ambas cosas. La próxima vez que escuche usted a gente invocando el ejemplo europeo para exigir que se destruya nuestra red de seguridad social o los recortes en el gasto público en esta situación económica de profunda depresión, lo que usted necesita saber es que los que dicen eso no tienen ni idea de lo que están diciendo.

Nota: Los dos cuadros no figuran en el artículo de NYT y corresponden a una entrada del blog de Paul Krugman.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Miércoles de Ceniza: el perdido arte de morirse

Esto que puedes leer más abajo es una traducción casera de un editorial del diario británico The Guardian, cuyo título es el que he utilizado para titular esta entrada del blog.
Lo comparto contigo, no sólo porque me gustan y quizá comparta algunas de las ideas que sugiere, sino también, porque disiento de otras de las que te hablaré después.


"La vida es una enfermedad con una mortalidad del 100%", dice el psiquiatra del suicidio, Dr. Pomerantz, en una nueva película israelí del mismo nombre que se estrenó el fin de semana en Tel Aviv. Es un mensaje similar al que da la iglesia católica hoy, Miércoles de Ceniza, en el que los creyentes son marcados en la frente con las cenizas de su propia mortalidad, mientras el sacerdote les recuerda: "polvo eres y en polvo te convertirás". Pero el cine de arte y la Iglesia Católica son dos de los pocos lugares donde la muerte sigue formando parte del discurso público. Por otra parte, la muerte se disfraza de eufemismos suaves como "passing away" (expresión inglesa suave para referirse a morir) o "falling asleep" (literalmente, quedarse o caer dormido) o con un enfoque objetivo, a través del discurso científico de la medicina. Mucho antes de que el actual gobierno ideara sus últimas reformas al Sistema Nacional de Salud, la muerte misma había sido culturalmente privatizada.
En estos días, si se nos pregunta cómo queremos morir, generalmente decimos que queremos que suceda rápidamente, sin dolor y, preferentemente, durante el sueño. En otras palabras, no queremos que la muerte se convierta en algo que experimentamos como parte de la vida. Esto habría tenido poco sentido para las generaciones pasadas. Durante siglos, lo que más se temía era "morir sin preparación". La muerte era una oportunidad para poner las cosas en orden. Para decir las cosas que habían quedado sin decir: "Lo siento", "me equivoqué", "yo siempre te he amado". Se solía morir rodeado de una extensa familia. Ahora morimos rodeados de tecnología, con una creencia en la ciencia médica que a menudo reemplaza el rompecabezas tradicional de la existencia humana.
Como mero hecho biológico, la muerte plantea a todos, religiosos y no religiosos por igual, la pregunta del sentido de la vida. Para algunos, esto se convierte rápidamente en un asunto teológico, para otros en un reto para no desaprovechar el resto de nuestras vidas. Pero donde la muerte es expulsada de la esfera pública, esa pregunta ya no tiene la misma urgencia. Aunque hay más consecuencias terrenales también. Una cultura que mantiene la muerte fuera de la vista y de la mente es aquella en la que se pierden progresivamente las palabras que reconfortan a los demás en su dolor. En lugar de tener esa conversación importante en el supermercado con la señora de abajo que ha perdido a su marido, nos deslizamos hacia el siguiente pasillo con la auto-justificación de que no queremos molestarla. Por otra parte, permitimos que nuestros hogares para el cuidado de los ancianos se conviertan en lugares de abandono, porque no queremos mirarlos muy de cerca. Cuando la muerte se convierte en un asunto privado, se hace mucho más difícil llegar a los demás, precisamente cuando más lo necesitan.
Aquellos que sienten la Cuaresma a menudo la utilizan como un tiempo de alegre auto-perfeccionamiento. Los sacerdotes y los directores de cine existencialista israelíes no comparten las respuestas a las preguntas de la vida, pero coinciden en la opinión de que no podemos resolver el significado de la vida si no nos planteamos la cuestión de la muerte.

El diario The Guardian, uno de los más prestigiosos del Reino Unido, es de tendencia filosocialista (es una simplificación) y, salvando todas las distancias, que son bastantes, se podría decir que ocupa un lugar similar al que en España ocupa El País, dentro del espectro ideológico y de calidad de la prensa (otra simplificación, probablemente). Es altamente improbable que El País hubiera publicado un editorial como este en España. De hecho, considero que The Guardian traza una imagen de la visión y la relación con la muerte de la Iglesia Católica algo alejada de la realidad. Y, lo que es más sorprendente, alejada de las opiniones que habitualmente tienen y expresan los anglosajones sobre la cultura católica.
Cuando estaba viviendo en Inglaterra tuve ocasión de vivir una Semana Santa y pude comprobar las abismales diferencias que existen entre el modo como se vive en España y en Gran Bretaña. Dejé constacia de ello en este blog. Como dije entonces, en la cultura cristiana anglosajona se celebra la resurrección de Cristo como quizá el día más importante del año, y su muerte tiene, en el ámbito social, apenas la consideración del hecho natural que precede y justifica aquella. Por el contrario, en España, la pasión y la muerte de Cristo son objeto de aparatosas celebraciones con gran pompa y suntuosidad, no exentas de regodeo, que hacen palidecer lo que verdaderamente debería ser más importante, la resurrección. Por otro lado, pero esto excede de este comentario sobre la visión de la muerte, en ningún momento como en la Semana Santa se perciben tan claramente los elementos politeístas y hasta totémicos que adornan la cultura católica, que no la anglicana. Me refiero a la vasta eclosión de imágenes y de dioses y diosas mayores y menores que son objeto de culto en esos días en España. En definitiva, entre ambas celebraciones se aprecian acusados contrastes: la exaltación del sufrimiento y el dolor de la pasión y la muerte, en el caso católico y la proclamación de la alegría de la resurrección en el cristianismo anglosajón.
En fin, ese caracter positivo, esperanzado y hasta jubiloso que según The Guardian tendría la visión católica de la muerte, desde mi punto de vista, poco se compadece con la realidad. Lo cual no quiere decir que no esté de acuerdo con las demás ideas del Editorial. Especialmente, cuando se refiere a la necesidad de no orillar la muerte, sino insertarla en la vida, como parte de la misma que es.

martes, 21 de febrero de 2012

Cómo conseguir que los ricos compartan las canicas


Jonathan Haidt es un profesor de Psicología de las universidades norteamericanas de Virginia y Nueva York. En mi vida he oído hablar de él, pero ha escrito un libro cuyo título me resulta de lo más sugerente: "The Righteous Mind: Why Good People are Divided by Politics and Religion" (La mente honrada: porqué la política y la religión dividen a las buenas personas). El caso es que este psicólogo publica hoy en The New York Times, con el título "How to Get the Rich to Share the Marbles" ("Cómo conseguir que los ricos compartan las canicas") la reseña de una investigación de los psicólogos del desarrollo Michael Tomasello y Katharina Hamann, del Instituto Max Plank, de Leipzig (Alemania) que me ha parecido sumamente interesante. La investigación se publicó en la prestigiosa revista de ciencias Nature, con el título de "Collaboration encourages equal sharing in children but not in chimpanzees" (La colaboración estimula la equidad en los niños, pero no en los chimpancés) en agosto de 2011 y consistió en comprobar el comportamiento de parejas de humanos de 2 ó 3 años y de chimpancés sometidos a determinadas situaciones.
En el primer experimento, se colocó a dos niños en una habitación frente a una máquina llena de canicas de la que colgaban dos cuerdas. Si cada niño tiraba de su cuerda por su cuenta, sólo obtenía más cuerda. Pero, si tiraban los dos al mismo tiempo, la máquina dispensaba 3 canicas en la copa asignada a uno de los niños y una canica en la copa del otro. En este experimento, en el 75% de los casos, los niños compartían su riqueza sin apenas problemas, de modo que, o bien el niño rico ofrecía espontáneamente una bola al niño pobre, o bien, si este la pedía, el niño rico se la daba inmediatamente.
En la segunda fase del experimento, los niños que tomaron parte del mismo se encontraron que las canicas ya estaban a su disposición en las copas cuando se acercaron a la máquina. En este caso, el niño que tuvo la mala suerte de colocarse frente a la copa con una única canica, tenía muy pocas probabilidades de que el otro niño le ofreciera una de las suyas o de que se la diera si se la pedía. Apenas un 5% de canicas cambiaron de mano.
La tercera y más interesante parte del experimento comenzó como la primera. Pero, esta vez, cuando uno de los niños tiraba de la cuerda, obtenía una canica y, al tirar el otro niño de la otra cuerda, obtenía 3 canicas. Pero en ambos casos, aunque los dos niños hacían más o menos el mismo trabajo, era claro que la riqueza obtenida por cada uno no era producto de la colaboración entre ambos. En este supuesto, sólo un 30% de los casos dio lugar a un resultado equitativo.
La conclusión de los investigadores es que el cerebro humano cuenta con un conjunto de neuronas que, cuando son estimuladas, convierten a las personas en igualitarias. Sería una especie de boton "compartir el botín". Dicho botón no se activaría por la mera presencia de la desigualdad, sino cuando dos o más personas colaboran para producir una ganancia. Y, una vez que el botón es activado en ambos cerebros, ambas partes la comparten esforzadamente y de buena gana.
Los investigadores alemanes encontraron también que chimpancés haciendo tareas similares a las que he descrito de los niños, no compartían las ganancias en ninguna de las situaciones. De ahí deducen que la respuesta de compartir las ganancias surgió en algún momento del último medio millón de años, cuando los humanos empezaron a buscar comida y a cazar de forma cooperativa. Quienes disponían de ese tipo de respuesta cooperativa podían desarrollar asociaciones estables y permanentes, que conseguían más resultados que los que conseguían los individuos por sí mismos.
El autor del artículo del The New York Times utiliza las conclusiones de este experimento para impugnar el sentido de algunas de las ideas que pretende poner en práctica el Presidente Obama. Considera erróneas las promesas de incrementar los impuestos únicamente a los ricos y de no tocar las ayudas públicas a los pensionistas. El error de esta política consiste en que, obrando así, sólo tendrá que aportar más un pequeño porcentaje de la población, quedando la mayoría a salvo del sacrificio. Dice Haidt que "cuando la gente siente que cada uno está tirando de cuerdas diferentes, no se siente con derecho a compartir la riqueza de otras personas, incluso aunque dicha riqueza haya sido obtenida por suerte." Y sugiere que "no hay que centrarse en la justicia distributiva, que trata acerca de si cada cual ha obtenido lo que se merece, sino en la justicia procedimental, que se refiere a si se han empleado procedimientos honestos, abiertos e imparciales para decidir qué le corresponde a cada cual." Y continúa diciendo que "si hay un problema con los ultra-ricos no es que posean demasiada riqueza, sino que han comprado las leyes que les han facilitado ganar y conservar tanta riqueza en las décadas recientes".
Para terminar, dice Jonathan Haidt: "El problema no es que algunos niños tengan muchas más canicas que otros. El problema es que algunos niños están conchabados con los investigadores, trucan la máquina de las canicas antes de que el resto de nosotros tengamos la oportunidad de jugar con ella."
Como dije, son ideas sugerentes, que matizan o, incluso cuestionan, algunas de las ideas políticas y sociales estandar de la izquierda.
A mi me inspiran otras ideas que también podrían derivarse del experimento. Y, así, me pregunto cuál será la razón por la que personas serias, responsables y normalmente constituidas se empeñan en dañar a los más debiles de sus congéneres con medidas como la reforma laboral y los recortes del Estado del bienestar. Personas que, no por casualidad, son las mismas que tercamente promueven rebajas de impuestos a los más ricos, suprimiendo los impuestos sobre la riqueza, como patrimonio y sucesiones.
Podría pensarse que tales comportamientos corresponden a una etapa del desarrollo de la humanidad anterior a la aparición del botón de "compartir el botín". En más de un sentido, más próximos a los primates que a lo genuinamente humano.

sábado, 18 de febrero de 2012

El matrimonio como artículo de lujo

Acabo de leer un artículo en The New York Times de hoy, que me ha parecido interesante, en la medida en que puede marcar tendencias de hábitos sociales que probablemente pronto estaremos reproduciendo nosotros.
Dice el artículo que una reciente investigación sobre datos del gobierno ha desvelado que más de la mitad de los hijos de mujeres menores de 30 años ha nacido fuera del matrimonio. Este fenómeno, que se daba predominantemente entre mujeres pobres y de minorías raciales, ha experimentado un progresivo incremento cuando ha empezado a afectar en tasas importantes a mujeres blancas que tienen estudios universitarios, aunque no se han graduado.
El grupo social que aun resiste esta tendencia es el de las mujeres graduadas universitarias.
Una de las conclusiones de los investigadores es que el matrimonio se está convirtiendo en una recompensa progresivamente reservada a las personas con mayor nivel educativo.
Desde un enfoque liberal, este fenómeno estaría causado por la reducción de los salarios, que han hecho que el matrimonio se convierta en un artículo de lujo, como dice Frank Fustenberg, de la Universidad de Pennsylvania. Desde una óptica conservadora se hace incapié en la revolución sexual, así como en las ayudas sociales del Estado, como las causas que estarían desincentivando los matrimonios.
Como ves, el pensamiento conservador es tan retorcido y sin compasión en todas partes.

viernes, 17 de febrero de 2012

Hay que acabar con las monsergas de Mas

El Presidente catalán, Artur Mas, dijo ayer en una entrevista con el diario francés Le Monde cosas como éstas:
- Que Cataluña pertenece a España desde hace 500 años y, los últimos 300 ha sido por la fuerza, porque han perdido batallas y guerras.
- Que la etapa de autogobierno actual ha llegado a su fin.
- Que cuando Cataluña sea un estado independiente no tendrá ejército, ni control de fronteras o aduanas, ni moneda, ni...
Está claro. Que se independicen y, al día siguiente, los invadimos y los hacemos una colonia. O, mejor, le decimos a Marruecos que los invadan, que son presa fácil, sin ejército. Y, así, tenemos el mismo vecino por el norte y por el sur.
El Presidente de una de las 17 regiones españolas se puede permitir decir todas estas tonterías porque el Gobierno de España nunca ha estado en su sitio, desde un punto de vista territorial, desde que empezó el proceso autonómico, hasta hoy. Y antes estaba la excusa/miedo a la ETA, pero eso ya se acabó así que ahora, por favor. No hace falta que intervenga Rajoy. Basta la Vicepresidenta. Dígale a Mas y al resto de los veleidosos: "basta ya de monsergas y de amenazas y a cumplir la Constitución". Y si hace falta, la cambiamos.

jueves, 16 de febrero de 2012

¿Sexo gratis?


Visto hoy en Bormujos. Sin comentarios

Party Private



La foto está tomada en la C/ Luis Huidobro (cerca del Corte Inglés de Nervión) a la 1am. Cualquiera diría que, dada la sugerente oferta del establecimiento, debería estar abierto a esas horas, para disfrutar, por ejemplo, de un 'tupper-sex' (¡qué demonios será eso!) o, porqué no, de la Sra. Melgar, 'creadora de ilusiones'.

Para exiliarse

El Barcelona y el Athletic quieren jugar la final de la Copa del Rey en el estadio del Real Madrid (¿no habría que aplicarle la Ley de la Memoria Histórica al nombre del estadio?).
El Real Madrid se niega poniendo una excusa tonta. Pero todo el mundo sabe que al Real Madrid lo mueve la venganza y el resentimiento. Porque el Barcelona se negó a que el Madrid y el Zaragoza jugaran la final en su estadio en 2003; por los baños que le viene dando el Barcelona y para evitar que gane un título más ¡en su estadio! Ese debe ser el 'señorío' del que presume el Real Madrid. Por cierto, ¡qué coño será eso del señorío!
Por otro lado, en las tertulias de extrema derecha que proliferan en la tdt y en la radio se preguntan que para qué quieren venir los equipos vasco y catalán a jugar a Madrid, ¿para que sus hinchas desprecien y le silben al Jefe del Estado y al himno nacional? Ciertamente, eso es lo que hace una buena porción de ellos, cuyo nivel mental está a la altura de los 'ultrasur' del Real Madrid, que piden que la final se celebre en Chernobil.
¿Es o no es para exiliarse?

Pregones

El teólogo Juan José Tamayo califica hoy en El País el próximo pregón de la Semana Santa de Valladolid a cargo de la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, como un despropósito que nos aproxima al Medioevo.
No he podido evitar una sonrisa al pensar qué diría el teólogo si supiera del pregón de la Semana Santa de Sevilla, donde con tanta frecuencia se ofende al buen gusto y, de paso, no pocas veces, a las creencias de las personas no religiosas o, simplemente, no clericales. Y se hace todo ello en presencia de la autoridad civil, del Alcalde.
Al menos ahora no pasaremos la vergüenza de ver cómo la caverna escarnece al Alcalde, que asiste a la mojiganga ridículamente disfrazado para la ocasión. Ventajas de haber cambiado a Monteseirín por un capillita.

viernes, 10 de febrero de 2012

A propósito de la sentencia Gürtel contra Garzón, 2

Algunas curiosidades que publica la prensa hoy:

1. Entre las conversaciones que captó la policía de los miembros de la trama Gürtel con sus abogados, se encuentra ésta:

Abogado. La buena nueva que te iba a decir es que la sociedad de los locales de Boadilla [un negocio supuestamente obtenido gracias al trato de favor de un alcalde del PP] no está bloqueada.
Pablo Crespo. No.
Abogado. No sé cuánto en este momento, Ramón no estaba seguro pero pensaba...
Pablo Crespo. Sí, sí, vale...
Abogado. Entonces, si esto es así y podemos disponer, obviamente, salvo que vosotros me digáis otra cosa.
Pablo Crespo. No, no.
Abogado. Voy a atender primero a vuestras familias, voy a hacer un cálculo de cinco meses, por ejemplo, en base a los números que me habéis dado, el otro día, eso será lo primero, en vez de mes a mes, porque si no tenemos el riesgo de que esto se bloquee.
Pablo Crespo. Lo administras tú de alguna manera.
De modo que indicaciones para que el abogado manejara los fondos que todavía no habían sido bloqueados, sí que hubo. Curioso, ¿no?

2. En ninguno de los tres casos que el Supremo ha instruido contra Garzón le acusa el fiscal, que considera que no cometió delito alguno. Es decir, el Tribunal lo ha condenado atendiendo a la acusación contra el juez de la trama Gürtel, mientras el acusador público pedía la absolución. Curioso, ¿no?

3. Como dije ayer, en las escuchas, todo se basa en una interpretación legal del artículo 51.2 de la Ley General Penitenciaria que permite la intervención de las comunicaciones de los presos “por orden de la autoridad judicial y en supuestos de terrorismo”. El juez atendió la petición de la policía y las dos fiscales anticorrupción al adoptar la medida y luego fue prorrogada por el juez del TSJ de Madrid Antonio Pedreira. Ninguno de ellos ha sido molestado, ni siquiera han comparecido como testigos.
En otros procesos, como el caso Marta del Castillo, se escuchó a los presuntos autores del asesinato para tratar de encontrar el cadáver de la joven; en el del abogado Pablo Vioque, se escuchó a su letrada para prevenir el asesinato del entonces fiscal jefe antidroga Javier Zaragoza, para lo que el preso había contratado a un sicario. Ninguno de los casos tenía que ver con el terrorismo, pero tampoco ninguno de los jueces fue molestado. Curioso, ¿no?

jueves, 9 de febrero de 2012

A propósito de la sentencia Gürtel contra Garzón

Se entienda como se entienda, el delito de prevaricación exige que nos encontremos ante una vulneración burda y grosera de la Ley. Es decir, debe tratarse de un caso en el que un funcionario público dicte, a sabiendas, una resolución injusta y completamente contraria a la Ley. Y esa vulneración de la Ley debe ser tan incuestionable que pueda ser entendida a simple vista. Como dice la Sentencia del Tribunal Supremo, "la prevaricación supone un grave apartamiento del derecho, (...) la postergación por el autor de la validez del derecho o de su imperio y, por lo tanto, en la vulneración del Estado de Derecho, dado que se quebranta la función judicial de decidir aplicando únicamente el derecho" (página 36); y, por otro lado, "que la injusticia requerida por el (Código Penal) exige una absoluta colisión de la actuación judicial con la norma aplicada en el caso, de tal forma que la decisión cuestionada no pueda ser explicada mediante ninguna interpretación razonable efectuada con los métodos usualmente admitidos en Derecho" (página 37).
A Garzón lo han empapelado por ordenar la intervención de las comunicaciones entre los imputados en el caso Gürtel y sus abogados, como un medio para la persecución de los delitos que se estaban investigando.
El artículo 51.2 de la Ley Orgánica General Penitenciaria (LOGP) dice que "Las comunicaciones de los internos con el abogado defensor (...) no podrán ser suspendidas o intervenidas salvo por orden de la autoridad judicial y en los supuestos de terrorismo." Por otro lado, el apartado 5 del mismo artículo 51 establece que "Las comunicaciones orales y escritas previstas en este artículo podrán ser suspendidas o intervenidas motivadamente por el director del establecimiento, dando cuenta a la autoridad judicial competente."
La interpretación literal de este artículo (la primera a la que hay que acudir) permite concluir que incluso el director de una prisión puede llegar a intervenir las comunicaciones de los presos con sus letrados. El propio Tribunal Constitucional decía esto en su Sentencia 73/1983: "La interpretación lógica (...) conduce a la conclusión de que las comunicaciones de los internos de que trata el número 2 (del artículo 51 de la LOGP) sólo pueden ser suspendidas por orden de la autoridad judicial con carácter general, si bien en los supuestos de terrorismo, además, podrá acordar la suspensión el Director del establecimiento, dando cuenta a la autoridad judicial competente”. No obstante, es cierto que, con posterioridad cambió de criterio, pero ese cambio de criterio no llegó hasta el extremo de calificar su primera interpretación como irrazonable y, por tanto, prevaricadora.
¿Cómo puede, pues, reputarse como completamente incompatible con el derecho y por tanto, prevaricadora, la resolución de Garzón?
Para salvar este 'pequeño' obstáculo, la sentencia acude a este curioso argumento: que esa interpretación lógica sostenida por el Tribunal Constitucional, en su momento, "podía obedecer al momento histórico en el que se produce, con un todavía escaso desarrollo de las garantías del sistema democrático implantado en España tras la finalización de la dictadura" (página 48 de la Sentencia). Oír semejantes cosas en boca de personas con una ideología tan pregonada me hace sonreir. Y tú sabes perfectamente a lo que me refiero.
Yo tengo muy claro el juicio penal que me merecen los autores de la sentencia, pero debo callármelo. Visto lo que han hecho con Garzón, qué no harían con un pobre y desconocido bloguero. Este es uno de los muchos daños colaterales de la sentencia.
Finalmente, se ha consumado la venganza de los sectores más reaccionarios del país contra Garzón. Y, siendo esto grave, no lo es menos presagiar cuál es el futuro que la Justicia le tiene destinado al caso Gürtel. La sentencia de Camps y la de hoy sólo han sido un aperitivo. 

domingo, 5 de febrero de 2012

La suprema vergüenza del Tribunal Supremo

'The New York Times' nos dedica hoy un editorial, que, como español, me produce una enorme vergüenza. Con todo, no es el sentimiento más relevante que me inspira el episodio de Garzón. Lo que más me preocupa es comprobar en manos de quién está el principal órgano de la Justicia en mi país. Un nido de jueces reaccionarios, vengativos y corporativistas es el órgano cuya misión consiste en resolver la última instancia de los más graves conflictos jurídicos entre particulares o entre particulares y el poder, que se producen en el país, incluidos los penales. Y, por si fuera poca la preocupación, ahora el PP les va a otorgar un poder omnímodo, entregándoles el Consejo General del Poder Judicial.
Bien podríamos decir que el Tribunal Supremo nos produce suprema vergüenza.
Te acompaño el texto del editorial, en traducción casera.



"La verdad a juicio en España

Durante y después de la guerra civil española de 1936-39 se cometieron crímenes terribles que ningún tribunal ha examinado o juzgado. Nadie sabe cuánta gente cayó y fue torturada y asesinada. Ahora, uno de los más importantes jueces de instrucción de España, Baltasar Garzón, está siendo juzgado por haberse atrevido a abrir una investigación sobre esas atrocidades. 
España es ahora una democracia viva, pero el juicio del juez Garzón, que abrió sus puertas la semana pasada, es un inquietante eco del pensamiento totalitario de la era de Franco. Se enfrenta a cargos penales que le podrían suspender como juez durante 20 años, por desafiar a una amnistía promulgada en 1977 para facilitar la transición a la democracia. Él se defiende con razón diciendo que, en virtud del derecho internacional, no puede haber amnistía para los crímenes de lesa humanidad y que las desapariciones no resueltas - miles de fosas comunes han sido abiertas - constituyen un delito continuado. 
En 2008, el juez Garzón inició una breve investigación oficial, ordenando la apertura de 19 fosas comunes y acusando simbólicamente al general Francisco Franco y a varios ex funcionarios, ninguno aún con vida, por la desaparición de más de 100.000 personas. Un tribunal de apelación cerró la investigación. Al año siguiente, dos grupos de extrema derecha se querellaron contra el juez por desafiar la ley de amnistía. El Fiscal argumentó que no se había cometido ningún crimen, pero el Tribunal Supremo admitió la querella. 
Por otra parte, el juez Garzón se enfrenta a cargos penales por resoluciones dictadas en otros dos casos con carga política. No podemos juzgar los méritos de los mismos. Pero la persecución penal de magistrados por sus resoluciones es poco frecuente en España, y podría amenazar la independencia judicial. 
El juez Garzón se hizo famoso por sus juicios de los terroristas vascos, los torturadores argentinos, el ex dictador chileno, general Augusto Pinochet, y políticos españoles. Sus poderosos enemigos ven  ahora una oportunidad de poner fin a su carrera. 
El juez Garzón es sin duda un provocador y a veces se extralimita, pero perseguirlo por escarbar en los crímenes del franquismo es un delito contra la justicia y la historia. El Tribunal Supremo español no debería haber aceptado este caso. Y, por tanto, debe absolverlo."


N.B. La edición de hoy del NYT que contiene este editorial no dice nada del desenlace del Congreso del PSOE. The Guardian tampoco lleva hoy ese tema a sus páginas y le dedica una extensa información al juicio de Garzón.