domingo, 30 de julio de 2006

¿Es pronto o es tarde?

Carlos salió anoche cuando yo me acostaba y esta mañana (madrugada debo decir: eran las siete) su llegada, apenas inaudible, me ha desvelado y he decidido levantarme. Esto que lees se lo debes a ese tiempo intempestivo que deja lapsos de horas hasta que el día comienza a rodar a su ritmo normal. Las generaciones se suceden unas a otras y los roles de los individuos se van intercambiando según un plan que parece trazado por un sarcástico hacedor. Ayer el hijo era reconvenido por el padre, debido a una falta de entendimiento acerca de los conceptos de pronto o tarde. Hoy, el hijo, convertido en padre, observa, entre divertido y perplejo, el ir y venir de su hijo. Y piensa, vagamente, que el tiempo es un concepto que anida en la experiencia vital de las personas, que el reloj es un artefacto que adorna las muñecas de los individuos y que las siete de la mañana puede ser tarde, puede ser pronto o puede ser la hora indicada para acostarse si estás cansado o para que yo escriba bobadas y las publique en el blog. Todo esto lo veo con la misma rotunda claridad que ya entra por la ventana.

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