Nadie parece darse cuenta de que hay que reformar urgentemente la Constitución. ¿Para establecer la igualdad por razón de sexo en la sucesión a la Corona? No. ¿Para reformar el Senado o el régimen de las Comunidades Autónomas? No. Hay que reformar la Constitución para impedir la destrucción irreversible del territorio urbano y natural, para asentar el crecimiento económico sobre bases sólidas y para restablecer la decencia pública y privada. Para ello basta un artículo del siguiente o similar tenor:
1. El valor que a los terrenos de cualquier clase le otorga su declaración de urbanizables le corresponde a la ciudad en la que se asientan.
2. En consecuencia, la declaración como urbanizable de un inmueble comporta su expropiación inmediata en favor del conjunto de los ciudadanos, al precio correspondiente al valor de su aprovechamiento rústico.
Lo demás es bla, bla bla…
En los enlaces podrás leer nuevos textos sobre este asunto. Especialmente clarividente me parece la entrevista con el catedrático Manuel Villoria, experto en corrupción. Por cierto, esta especialidad se las trae, ¿verdad?
El principito va a tener otra niña. Hay que reformar la Constitución (seguro que es la excusa genial para los que no quieren manifestar su interés en abrir la caja de los truenos por otros motivos más interesantes que ese).
ResponderEliminarAnónimo, creo que solo has leído el título de la entrada. Lee el texto entero, no seas holgazán.
ResponderEliminarSí, hay que reformar la Constitución para que se exija la sensatez y cordura a los Gobiernos, a la oposición y a la mitad más uno de los españoles. ¡Qué país! También hubiera sido consitucional seguir la vía de la modificación de la Constitución para reformar el reparto competencial de las Comunidades Autónomas antes de que un Gobierno se atreviera a permitir la modificación de la estructura del Estado (el régimen de las Comunidades Autónomas) por la vía del "dejar hacer" para no tener problemas.
ResponderEliminarAnónimo, no me motiva debatir contigo sin saber tu nombre.
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