viernes, 29 de febrero de 2008

Otra debilidad de Sarkozy

Arcadi Espada comenta en su blog el incidente en el que se vio envuelto Sarkozy el otro día cuando visitaba el Salón de la Agricultura, en París. Al ir a saludar a uno de los numerosos visitantes, este le espetó: "no me toques, que me ensucias". Sarkozy reaccionó diciéndole: "pues lárgate gilipollas".
Espada, con ese fino olfato que dios le ha dado, califica de hipócritas a quienes critican la reacción del Presidente, por considerarla indigna de su posición. Considera que el episodio es, más bien, una manifestación de debilidad de Sarkozy, que, en lugar de insultar a quien le insultó, debió ordenar que lo detuvieran, por razones obvias, directamente extraidas del Código Penal, así como de "la experiencia consuetudinaria de un usuario de las democracias: pruebe usted a decirle a un policía de tráfico, en la noche, no me toques que me ensucias, y explíqueme luego cómo, dónde y cuántas horas ha dormido."
No te digo nada si el objeto de tu ira es un juez, añado yo. Agradecerías que en España esté abolida la pena de muerte.


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