Un grupo de energúmenos ha intentado agredir hoy a María San Gil, una de las políticas más decentes de nuestro país. Estos oligofrénicos la han insultado, la han zarandeado, hiriendo a sus escoltas y han llegado a espetarle: "ojalá que te maten".
Todo el mundo sabe qué significa tal amenaza, proferida contra la persona que comía con Gregorio Ordóñez en el instante en que un "valiente" nacionalista vasco lo asesinó, descerrajándole dos tiros a quemarropa.
Ni la campaña electoral, ni ninguna otra circunstancia debe permitir que miremos para otro lado ante tales muestras de envilecimiento y de violencia fascista.
Por eso, hoy todos somos María San Gil y así debemos manifestarlo bien alto, para que lo oigan sus enemigos, que son los míos, que deben ser los nuestros.
¡¡Efectivamente!! Eso quizás haya que recordarle con más frecuencia al partido que tú habitualmente apoyas, cuando recabe los votos de esos energúmenos y sus apoyos parlamentarios (ERC, PNV, EA, BNG, etc.)para perpetuarse en las poltronas.
ResponderEliminarEs extraño que hayas decidido hacerte eco de este suceso. Te felicito por ello.
ResponderEliminarNo sé qué tiene de extraño el comentario. Supongo que has querido decir inesperado. Allá tú y tus prejuicios(1)
ResponderEliminar(1) DRAE
"prejuicio:
2. m. Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo (o alguien, añado yo) que se conoce mal."
Pues deberías permitirme calificarlo de extraño (que debe ser casi igual que desacostumbrado en tu blog), pero bueno, parece ser que eres un tiquismiquis de la lengua. Lástima, porque creo que sujetarse a esas rigideces en un blog desmotiva su visita con ánimo de participar. Deberías ser más flexibe y menos estricto. Esto no es una academia de estilo, ¿o si?
ResponderEliminarMi comentario no se dirigía al estilo. Es secundario. Quise resaltar que el calificativo (da igual extraño o inesperado) nacía de un prejuicio.
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