sábado, 10 de diciembre de 2011

Prejuicios en la cumbre

Los resultados de la cumbre europea han estado mediatizados por los hondos e irredentos prejuicios de dos grandes naciones europeas. El temor irracional alemán a la inflación, fruto del trauma de la hiperinflación de la República de Weimar y el gusto inglés por la diferencia y el aislacionismo, cuya más sarcástica manifestación es ese real o imaginario titular de un periódico de Londres: “Niebla en el Canal de la Mancha. El continente aislado”.

Cumbre UE diciembre 2011

Cameron y Merkel, cada uno a lo suyo y con lo suyo

Un proyecto político impulsado por rancios prejuicios, en el mejor de los casos, sólo obtendrá resultados mediocres. No puedo elegir, pero me tienta aplaudir la vía inglesa. La gran diferencia entre los prejuicios ingleses y los alemanes es que los primeros son optimistas y los segundos pesimistas. Los ingleses piensan que aislados les va mejor, como les ha ido siempre. Los alemanes piensan que para evitar que se repita el caos económico de los años 20 tienen que meter en cintura a sus “atolondrados” socios. Aun a costa de que los países periféricos de Europa (España, Portugal, Grecia e Italia) entremos en una era de estancamiento económico que puede durar más de una década.

Como dije, nuestra opción no ha podido ser Inglaterra o Alemania, sino Alemania o el caos. Por cierto, eso de que los ingleses, al defender los privilegios de “la City”, se han movido por puro egoísmo es una estupidez. Como si a Alemania la hubiera movido el altruismo. ¡Ja!

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