miércoles, 13 de marzo de 2013

La conferencia de Savater

¿Dónde está Wally?


Una de las cosas que dijo Savater es que navegamos en una tormenta perfecta y el temporal le ha destrozado los aparejos a nuestro barco. Pero no podemos parar en puerto, sino que tenemos que arreglarlo mientras continuamos navegando, tratando de evitar el naufragio. No puedo decir que lo que ayer nos proporcionó en la conferencia fuese una carta de navegación. Esbozó algunas ideas, pocas, con cierta desgana. La más importante fue la exigencia de que los ciudadanos nos comportemos como tales y hagamos política. Dijo, más o menos, que los ciudadanos no nos debemos preguntar "qué va a pasar", sino "qué vamos a hacer".
Se declaró, más que indignado, colérico, no sólo como actitud coyuntural ante la situación, sino como rasgo de su carácter. Contó una sabrosa anécdota al respecto. Al parecer, una amiga suya argentina, que se dedica a la cría de caballos de carreras (confesa pasión de Savater), cruzó una yegua de nombre Frequency con un semental de la yeguada, llamado Indignation y al fruto de la coyunda le llamó Savater.
En el coloquio, un pertinaz exhibicionista nos largó un espiche en el que nos venía a decir que la humanidad se 'jodió' cuando descubrió la agricultura (ya hace algún tiempo), momento a partir del cual se rompieron los lazos de fraternidad y la esencial armonía e igualdad que reinaban hasta entonces entre el género humano. Savater interrumpió abruptamente la plática, diciéndole al postulante que aquello eran monsergas. El hombre continuó porfiando  y citó al autor de aquellas teorías y la circunstancia de haber recibido un premio, cuyo nombre no recuerdo. Savater le dijo que no había oído en su vida hablar ni de tal autor ni de tal premio y acabó con aquella intervención absurda, con cajas destempladas.
La conferencia fue una faena de aliño, aunque con cierto interés. Entre otras cosas, sirvió para confirmar lo perdido que anda el mundo y nosotros dentro de él.

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