domingo, 21 de abril de 2013

Un nuevo derecho humano: el derecho a esconder los billetes de 500 euros


Los billetes de 500 euros son, en la práctica, más que un medio de pago, uno de los mejores instrumentos para eludir las obligaciones fiscales. Se trata de uno de los más estúpidos incentivos al fraude fiscal entregado a los defraudadores, precisamente, por quienes deberían encargarse de evitar la elusión fiscal. El billete morado es el propio Estado destruyéndose a sí mismo.




Por eso, desde diferentes ámbitos se está proponiendo la medida de suprimirlos, con la complementaria de exigir a quienes los canjeen antes de su eliminación la prueba del origen de los billetes.

Este fin de semana hemos podido leer en la prensa que ésta sería una medida restrictiva de los derechos individuales, una quiebra de la presunción de inocencia, que convertiría en sospechosos a los poseedores de billetes de 500 euros; que, si se pusiera en práctica, el Estado estaría invirtiendo la carga de la prueba; y que, a este paso, la propiedad privada se convertirá en un signo de presunta culpabilidad y llegará un momento en el que cualquier muestra aparente de fortuna llevará aparejado el estigma del delito; o que pedirle a alguien que acredite el origen de sus billetes de 500 euros es chequearle lo más íntimo: la conciencia.

¿Te parece alucinante? Pues todo esto lo he leído en la prensa este domingo.

Para un sector influyente de la sociedad, no son la libertad y la dignidad personal los derechos fundamentales del ser humano. Los más sagrados e inalienables derechos son el derecho a poseer bienes y el derecho a mantenerlos ocultos al resto de la sociedad. Estas personas que dicen cosas como las que he mencionado más arriba son las mismas que jalean a los gobiernos para que adopten toda clase de medidas restrictivas de los derechos individuales para luchar contra el crimen y el terrorismo, muchas de las cuales yo comparto y apoyo. A veces, justifican su apoyo a tales medidas en la idea de que quien nada ha hecho, nada ha de temer. Suelen ser los mismos que justifican o miran para otro lado ante abusos como las cárceles de Guantánamo y fenómenos similares, que yo no apoyo. Pero se convierten en unos furiosos 'liberales' de pega cuando barruntan que están en peligro las 'libertades' que les permiten ocultar sus fortunas y defraudar así al conjunto de la sociedad.

Habría que preguntarse quién y por qué teme tener que desvelar los billetes de 500 euros que posee. Aunque es evidente que se trata de una pregunta retórica. Así como a mí no me importa lo más mínimo que me grabe una cámara de la policía o que me pidan la documentación por la calle, porque no tengo nada que ocultar, ni que temer, sino todo lo contrario, tampoco me importaría que me pidieran canjear cada billete de 500 euros por 2 de 200 y uno de 100. Y el que arguya que eso es un atropello a sus derechos o incluso una molestia injustificada se está delatando. Es evidente.
Pero, a fin de cuentas, no llegará la sangre al río. Nada hicieron los estados cuando se introdujo el euro para exigir explicaciones de las cantidades canjeadas ni nada hacen a diario, cuando es archisabido que hay miles de cajas de seguridad en los bancos a reventar de billetes de 500 euros. Así que no creo que tengan nada que temer sus poseedores. No serán perturbados.

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