sábado, 8 de abril de 2006

Maldita "tregüeta"

Todo esto de la tregua de la ETA me importuna una barbaridad.
El país entero felicitándose, todos de enhorabuena por un comunicado en el que una banda de asesinos semianalfabetos nos perdona la vida al resto de los ciudadanos. Bueno, nos la perdona a los que antes estábamos condenados, que éramos todos los españoles, excepto los nacionalistas vascos y, al parecer, desde hace algún tiempo, los catalanes.
Nos hemos vuelto locos. Nos ponemos a hacer exégesis de ese documento ágrafo, expelido por una banda de delincuentes, para ver qué han querido decir con el empleo del término permanente, comparando la versión castellana con la francesa, tratando de adivinar si solo nos perdonan la vida o también la hacienda.
Digo yo de consultar la versión en euskera del comunicado, para ver si la “tregüechea” es o no es “permanentoak”. ¡Manda huevos!
Tendremos que aguantar a ese lehendakari, con esos modos de sacristán relamido que cultiva, pavoneándose, y queriendo sacar tajada, como siempre, del chantaje criminal de sus cachorros. Ya sabéis, o me aprobáis mi Plan o estos “chicos” cogen otra vez las pistolas.
Tendremos que olvidar aquella frase del “padre” Arzallus: “unos menean el árbol para que otros recojamos los frutos”, que siempre hemos traducido como “unos matan, secuestran y extorsionan para que otros podamos seguir detentando el poder”. ¿Se puede ser más canalla?
Y ahora viene Kofi Annan, el Secretario General de la ONU, a opinar del asunto, como si esto fuera una guerra colonial o un conflicto de fronteras, y no el combate de un Estado democrático contra una mafia asesina, que utiliza unos vagos sentimientos nacionales como excusa para sus crímenes.
Y el Papa opinando también; quién le habrá dado vela en este entierro.
En fin, todo esto no hace sino darle una pátina de prestigio a lo que no es sino una costra purulenta, excretada por un nacionalismo que llamaríamos casposo, si no fuera criminal, de la que deberían avergonzarse todos los que de un modo u otro se han aprovechado de ella. Y los que han callado, que no son pocos.
Por eso no estoy contento con la maldita “tregüeta”.

Comentarios
Me alegro mucho, muchísimo, que se llame a las cosas por su nombre y a las personas, se las califique como merecen pero, me parece que olvidamos a un "tonto útil" que anda pidiendo permiso al parlamento para dialogar con un grupete de asesinos y sus cómplices. ¿Estamos locos? ¿desde cuando se dialoga con los delincuentes? En ese caso, yo propongo desde aquí que se pida permiso al parlamento para establecer un proceso de diálogo con Roca, Yagüe, Gª Marcos y Cia. para que dejen de robar y repartan algo de lo que han sirlado. Ah, y no nos olvidemos de Dieguito el Malo. Hay que establecer un proceso de diálogo (con permiso parlamentario, por supuesto) para que sea bueno y no se escape más, ni mate ni robe. ¿Y cuántos procesos más? Con esta forma de encarar los problemas de verdad (no la gilipollez del estatuto y otras zarandajas) vamos a seguir siendo, para los restos, el hazmerreir del mundo porque, lamentablemente, ya lo somos por muchas razones que no vienen al caso.
Pablo 05-05-2006 13:19:15

1 comentario:

  1. Pablo, el tiempo te ha dado la razón, pero el "tonto" ha demostrado ser un "inútil".

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