lunes, 5 de junio de 2006

Arden los pinos del coto

En el interior del Coto de Doñana ha habido estos días dos incendios, provocados, al parecer, por la negligencia de individuos que se dirigían a la tradicional bacanal que se celebra en aquellos parajes. También se ha sabido que el Gobierno ha destinado a ¡3.000 guardias civiles! en misiones de vigilancia en la botellona almonteña. ¿A qué tanta fuerza pública? ¿No hay otra forma de impedir los desmanes de los hooligans rocieros que dejar desprotegidos al resto de ciudadanos? (¡ojo!, somos la mayoría). Y, ¿sabe alguien el coste del dispositivo sanitario público desplegado para hacer frente a los numerosos comatosos etílicos que genera esa merienda de n... perdón, de rocieros? La situación se ha vuelto insostenible. Por eso, yo propongo el establecimiento de una tasa rociera, que deberá abonar todo aquél que pretenda asistir a tan frenéticas celebraciones, ora enrolándose en las comitivas que hacia allí se dirigen, por trochas y caminos, ora acudiendo directamente al templo del desenfreno báquico-mariano. Con el producto de dicha tasa se sufragarán los costes directos e indirectos que ocasionan tan bastas celebraciones, tales como: incendios y otros daños medioambientales, seguridad, asistencia sanitaria, indemnizaciones por las graves molestias físicas y morales que ha de sufrir la población ajena a tales apoteosis de vino, sudor y polvo, etc., etc. En el artículo que puedes leer pinchando el enlace hay más información sobre la plaga rociera.

http://muriago.bitacoras.com/ardenlospinosdelcoto.htm

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