sábado, 9 de junio de 2007

Paradojas turcas

La encrucijada en la que se encuentra Turquía produce fenómenos contradictorios. El país está gobernado por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del actual primer ministro, Recep Tayyip Erdoğan. Es un partido islámico "moderado", que parece trabajar por el ingreso de Turquía en la Unión Europea. Pero, al mismo tiempo, en el orden interno sigue una política equívoca, que amenaza con socavar la esencia laica del Estado creado por Mustafa Kemal Atatürk, el padre de la Turquía moderna, introduciendo arteramente costumbres, tradiciones y leyes islámicas, incompatibles con los valores de la civilización contemporánea, en general, y de la construcción europea, en particular.
Recientemente se ha sabido que el Gobierno turco desarrolla una iniciativa incesante de clausura de las escasas explotaciones porcinas existentes en el país, que atendían las necesidades alimentarias de las minorías no islámicas (armenios y ortodoxos griegos). La clausura de las granjas de cerdos se lleva a cabo con la excusa de cumplir con la normativa europea. Paradógicamente, como dice Antonio Elorza en su artículo de El País de hoy, Europa habrá servido de coartada para que un país camine en la dirección opuesta a sus valores.
También se refiere Elorza a una nueva paradoja turca, que podremos contemplar con motivo de la próxima visita a España de su Ministro de Asuntos Exteriores, Abdullah Gül. En Turquía está prohibido por leyes kemalistas el uso del velo isámico de las mujeres, en el ámbito oficial. Se trata de una prohibición que pretende abolir el actual Gobierno, medida a la que se opone la opinión laica. Pues bien, la esposa del Ministro, probablemente, aparecerá junto a su marido, en su visita a España, tocada con ese símbolo de la sumisión de la mujer, ya que en nuestro país no se encuentra prohibido. Con ello lanzará a sus compatriotas el sutil mensaje de que la prohibición del velo es algo anticuado. Una vez más Europa y sus libertades podrán servir de coartada para reforzar valores opuestos.
Realmente, la integración de Turquía en Europa tiene un futuro incierto. Si se malogra, también se perjudicará la idea de hacer compatible el Islám y la democracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario