jueves, 18 de agosto de 2011

Mourinho como síntoma

Cuando volví de Inglaterra me enteré de que el Presidente del Real Madrid había resuelto el conflicto de autoridad entre Mourinho y Valdano despidiendo a éste último. El Real Madrid nunca me ha caído simpático. Todavía hoy lo veo como una de las pocas instituciones claramente ligadas a la dictadura de Franco que, no sólo no ha desaparecido, sino que sigue teniendo arraigo y prestigio social. Y en un cierto sentido, su conducta como club sigue siendo la misma que cuando la presidía aquel individuo autoritario, arrogante y despreciativo, además de franquista, que tanta gracia le hacía a algunos y que se llamaba Santiago Bernabeu. El despido de Valdano y el consecuente encumbramiento irrestricto de Mourinho es la última manifestación de esta realidad.

La afición del Real Madrid participa de ese clima general que se respira alrededor del club, lógicamente. Para el Real Madrid la derrota es una anomalía, un desorden, una alteración del curso natural de las cosas. Por eso, cuando el equipo va perdiendo es raro oír rugir a los hinchas en el estadio apoyándolo y no es infrecuente que le silben. Por eso sus jugadores, técnicos y directivos suelen tener tan mal perder.

La mayoría de los hinchas de los equipos de fútbol, aun en el globalizado fútbol de hoy, tienen un vínculo con el barrio, la ciudad, la provincia o el área geográfica a la que pertenece el equipo. En cambio, la mayoría de los hinchas del Real Madrid no tienen este vínculo geográfico, porque ni son ni viven en Madrid. Y, como es sabido, mucha de la gente que vive en Madrid es originaria de otras partes o lo eran sus padres. Muchos de los hinchas del Madrid lo son, por tanto, en cuanto equipo ganador, y no en virtud de un vínculo afectivo con el equipo o con el club. El hincha genuino lo es siempre (¡viva el Betis “manque” pierda!), mientras que el impostado es más bien un hincha de conveniencia, que lo es para ver a su equipo ganar y que no puede evitar sentir un cierto estupor ante la derrota.

En otro sentido, el Madrid tiene un cierto halo (o costra, según se mire) de equipo “nacional”, en el peor sentido de esta desdichada palabra. Obviamente, este es el vínculo que liga a otro sector de hinchas, más aguerridos políticamente, con el Real Madrid que, desde luego, no desentona con el ambiente general de la entidad. Esto no es exclusivo del Real Madrid. Aficiones como la del Sevilla también han tenido ocasión de demostrar en sus estadios sus inclinaciones histórico-políticas con motivo de las visitas de equipos vascos o catalanes. Por eso, la rivalidad entre el Madrid y el Barcelona transciende en ocasiones el ámbito futbolístico, adentrándose en peligrosos territorios extradeportivos. En esta lid se ven acompañados por no pocos hinchas del Barcelona, y, a veces, por directivos, henchidos también de fervor “nacional-ista”.

Desde un punto de vista puramente deportivo, el Real Madrid es hoy día un equipo básicamente mercenario. Basta comparar la alineaciones del partido de anoche para darse cuenta de esto. El Real Madrid alineó de inicio sólo a 3 jugadores españoles, frente a 7 el Barcelona. Como bien se comprende, esto no facilita los vínculos afectivos de la hinchada con el equipo.

Viene todo esto a cuento, lógicamente, del espectáculo que ofreció Mourinho anoche al final del partido de la Supercopa, metiéndole alevosamente el dedo en el ojo (literalmente) al segundo entrenador del Barcelona, justo cuando su equipo acababa de encajar un gol que a la postre fue el de la derrota y era expulsado uno de sus jugadores, por darle a un contrario una destemplada patada de mal perdedor.

Hoy he visto en la televisión un programa deportivo de la cadena Cuatro en el que, entre otras cosas, preguntaban a los aficionados madridistas que encontraban por la calle acerca del incidente. No era una encuesta con rigor estadístico, desde luego. Pero, significativamente, la práctica totalidad de los entrevistados apoyaba a Mourinho “a muerte”, como llegó a decir uno de ellos.

¿Sorprendente? No para mí. Esa es la personalidad inmanente del Real Madrid, tan bien representada hoy por Mourinho: autoritarismo, soberbia, chulería, desprecio del contrario. Su correlato en el ámbito político parece anhelarlo ya más de la mitad de los españoles, según las encuestas. Ahí lo llevan.

3 comentarios:

  1. "irrestricto"... ¡cuánto se aprende contigo, hermano!
    Por lo del paralelismo político no te sulfures, no creo que sea tan fiel como lo pintas. A la mitad de los hinchas del Real Madrid les suena a chino, por edad e ignorancia.

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  2. Yo sé lo que me digo, hermana. Se avecinan tiempos "mourinhos". Es una marea que veo a diario.

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  3. Más sobre los tiempos "mourinhos". He encontrado en Internet esta perla (http://larazon.es/noticia/5278-esperanza-aguirre-confiesa-ser-de-mourinho-a-muerte), en la que Esperanza Aguirre confiesa ser fan de Mourinho. Pues eso.

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