lunes, 27 de febrero de 2012

¿Callejón sin salida?

Esta es, en traducción casera, la columna de hoy en The New York Times de Paul Krugman. No dice nada que no haya yo reflejado en este blog antes, por su boca o la de otros, pero hay que seguir insistiendo. Cuando el dolor se eleve a niveles insoportables, que nadie se llame a engaño. Las advertencias fueron claras y constantes.

¿Qué aflije a Europa?
Por PAUL KRUGMAN


Lisboa

Las cosas están fatal aquí; el desempleo está por encima del 13 por ciento. Las cosas están aún peor en Grecia e Irlanda y podría decirse que en España, y Europa en su conjunto parece ser que vuelve a caer en recesión.
¿Por qué se ha convertido Europa en el hombre enfermo de la economía mundial? Todo el mundo cree saber la respuesta, pero desafortunadamente, lo que la mayoría de la gente cree no es cierto y las historias falsas sobre los problemas europeos son deformaciones de nuestro discurso económico.
Lea usted un artículo de opinión sobre Europa o, con demasiada frecuencia, un informe periodístico de hechos supuestamente reales y probablemente se encontrará con una de estas dos historias: la narrativa republicana o la narrativa alemana. Ninguna de las dos coincide con los hechos.
La historia republicana - es uno de los temas centrales de la campaña de Mitt Romney - es que Europa está en apuros porque ha hecho demasiado para ayudar a los pobres y los desafortunados, y lo que estamos viendo es la agonía del Estado del bienestar. Esta historia es, por cierto, la favorita de la derecha: en 1991, cuando Suecia estaba sufriendo una crisis bancaria provocada por la desregulación (¿les suena familiar?), el Cato Institute publicó un informe triunfal que sostenía que esto demostraba el fracaso del modelo del Estado del bienestar general.
¿He dicho que Suecia, que todavía tiene un Estado del bienestar muy generoso, es actualmente la estrella, con un crecimiento económico más rápido que el de cualquier otra nación rica?
Pero, sistematicemos. Observemos a las 15 naciones europeas que utilizan actualmente el euro (dejando a un lado Malta y Chipre), clasificadas por el porcentaje del PIB que destinaban a programas sociales antes de la crisis. ¿Destacan las problemáticas naciones GIPSI (Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia) por tener estados del bienestar inusualmente grandes? No, no destacan por ello. Sólo Italia se encontraba entre los cinco primeros, y aún así su Estado del bienestar era más pequeño que el de Alemania.

Gasto público social sobre el PIB

Así que lo que causó los problemas no fueron estados del bienestar excesivamente grandes.
A continuación, la historia alemana, según la cual la causa de todo es la irresponsabilidad fiscal.

Media del déficit presupuestario en % PIB

Esta historia parece ajustarse a Grecia, pero a nadie más. Italia tuvo déficits en los años previos a la crisis, pero sólo ligeramente superiores a los de Alemania (la gran deuda de Italia es un legado de las políticas irresponsables de muchos años atrás). Los déficits de Portugal fueron significativamente menores, mientras que España e Irlanda en realidad tenían superávit.
Ah, y los países que no están en el euro parecen ser capaces de mantener un gran déficit y una gran deuda sin afrontar ninguna clase de crisis. Gran Bretaña y Estados Unidos pueden pedir prestado a largo plazo a tasas de interés de alrededor del 2 por ciento, mientras que Japón, que está mucho más profundamente endeudado que cualquier otro país en Europa, Grecia incluida, paga sólo el 1 por ciento.
En otras palabras, la helenización de nuestro discurso económico, según el cual tras un año o dos de déficits todos nos convertiremos en otra Grecia, está completamente fuera de lugar.
Entonces, ¿qué aflige a Europa? La verdad es que la historia es principalmente monetaria. Mediante la introducción de una moneda única sin las instituciones necesarias para hacer que la moneda funcione, Europa reinventó efectivamente los defectos del patrón oro, defectos que tuvieron un papel importante en la causa y la perpetuación de la Gran Depresión.
Más concretamente, la creación del euro ha fomentado una falsa sensación de seguridad entre los inversores privados, liberando enormes e insostenibles flujos de capital en las naciones de la periferia de Europa. Como consecuencia de estos flujos, el incremento de los costes y los precios de producción perjudicó la competitividad y las naciones que tenían el comercio más o menos equilibrado en 1999 comenzaron a padecer grandes déficits comerciales. Entonces la música se detuvo.
Si las naciones periféricas todavía tuvieran su propia moneda, podrían y deberían utilizar la devaluación para recuperar rápidamente la competitividad. Pero no tienen esa posibilidad, lo que significa que padecerán un largo período de paro masivo y deflación desesperantemente lenta. Sus crisis de la deuda son principalmente un subproducto de esta triste perspectiva, porque las economías deprimidas conducen a déficits presupuestarios y la deflación aumenta la carga de la deuda.
Ahora bien, comprender la naturaleza de los problemas de Europa sólo ofrece beneficios limitados para los propios europeos. Las naciones afectadas, en particular, sólo tienen malas decisiones a la vista: o bien sufrir los dolores de la deflación o tomar la drástica medida de dejar el euro, que no será políticamente viable hasta que, al menos, todo lo demás fracase (un punto al que Grecia parece que se aproxima). Alemania podría ayudar mediante la reversión de sus propias políticas de austeridad y la aceptación de una mayor inflación, pero no lo hará.
Para el resto de nosotros, sin embargo, comprender la situación de Europa correctamente sí es importante, porque las historias falsas sobre Europa se están utilizando para impulsar políticas crueles o destructivas o ambas cosas. La próxima vez que escuche usted a gente invocando el ejemplo europeo para exigir que se destruya nuestra red de seguridad social o los recortes en el gasto público en esta situación económica de profunda depresión, lo que usted necesita saber es que los que dicen eso no tienen ni idea de lo que están diciendo.

Nota: Los dos cuadros no figuran en el artículo de NYT y corresponden a una entrada del blog de Paul Krugman.

1 comentario:

  1. Despierta, MexicoDistritoFederal... que estás teniendo una pesadilla.
    De ésas en que se mezclan algunas de nuestras preocupaciones, las reales y las imaginadas, olvidando otras. Y se relacionan caprichosamente, a veces de forma inverosímil.
    Si no, te levantarás sobresaltado/a y sudoroso/a en cualquier momento.

    [El enlace no está hoy "por la labor", parece. No he podido ver nada.]

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