El Fiscal General del Estado ha dado pábulo a las insidias sobre el 11M de los medios de la ultraderecha, aceptando reabrir las investigaciones sobre el atentado. Esta decisión del Fiscal General pone de manifiesto que sigue vivo en el actual gobierno el rencor que produjo aquella derrota electoral de 2004, obtenida merecidamente por Aznar, Acebes, Zaplana y compañía, por mentir vergonzosamente a los españoles.
Todo el mundo sabe que lo que está detrás de los bulos sobre el 11M es acabar culpando al Partido Socialista de la masacre. El PP, ahora en el gobierno, parece seguir instalado en esta peligrosa paranoia que ya le aquejaba cuando estaba en la oposición. El Gobierno sabe que esto puede abrir un verdadero abismo entre españoles, pero no le ha importado.
Hoy dice El País que el Fiscal General al hacer lo que ha hecho, marea una perdiz fétida. Yo creo que la actuación del Gobierno a través del Fiscal General es mucho más grave, pues consiste en inocular nuevas dosis de rencor y discordia civil en una sociedad como la española, que ya anda bastante sobrada de tales ingredientes, jugando con los sentimientos de las víctimas del atentado, parcialmente politizadas del modo más abyecto por Esperanza Aguirre y los medios de la ultraderecha. Digo abyecto, porque tal me parece instrumentalizar políticamente el sufrimiento de la gente.
Este episodio, como todos los anteriores del mismo jaez, llenará de basura tremendista durante semanas y meses a los medios de comunicación, cubrirá de otra capa de lodo a la Justicia española y terminará cubriendo de ridículo al Fiscal General y al Gobierno.
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