domingo, 8 de agosto de 2021

DOS LIBROS Y UNA PELÍCULA




Estaba leyendo un interesantísimo libro (Los amnésicos) de la periodista francoalemana (o germanofrancesa) Geraldine Schwarz, en el que analiza el fenómeno de la memoria histórica reciente en varias sociedades europeas. Fundamentalmente, cómo han afrontado la memoria del nazismo Alemania, Austria y Francia. También le dedica espacio, aunque más breve, a la memoria del comunismo en la Alemania del este y del fascismo en Italia, así como a la deriva autoritaria que experimentan actualmente Polonia y Hungría, relacionándola con procesos de memoria histórica.

Su exposición parte del conocimiento de un hecho ocurrido en su familia. Su abuelo paterno alemán compró durante el nazismo una empresa de un judío, que se vio obligado a malvenderla, como muchos otros en aquel momento, ante el acoso de la política racista del régimen nazi. El propietario finalmente murió víctima del Holocausto, aunque el abuelo de la autora tuvo que enfrentarse a una reclamación de uno de sus parientes, formulada en 1948 desde Chicago, donde había conseguido huir de una muerte segura.

Al referir el conocido episodio de las violaciones que sufrieron más de un millón de mujeres alemanas a manos de soldados del ejército rojo, en su marcha triunfante a través de Prusia oriental hasta Berlín, en los últimos meses de la guerra y primeros de la posguerra, menciona la autora de pasada un libro escalofriante, de autora anónima: Una mujer en Berlín.

En cuanto me hice con él, suspendí la lectura de Los amnésicos y me sumergí en la lectura hipnótica del libro recién hallado. Se trata de un diario de los meses de abril a junio de 1945, en el que su autora narra, con una frialdad, rayana a veces en un humor que habría que calificar de negro, la vida extrema de los habitantes de un edificio berlinés. La búsqueda implacable de comida y bebida para subsistir (la autora emplea en varias ocasiones la expresión homo lupus homini), los constantes bombardeos que les obligaban a pasar largas estancias en un refugio subterráneo y, sobre todo, las agresiones y abusos sexuales sufridos por las mujeres. Muchos de ellos empujadas por vecinos y familiares, con el fin de obtener protección para otras posibles agresiones o para obtener comida a cambio.

La propia autora fue violada varías veces, antes de buscar la protección de un militar de cierto rango, un cultivado comandante con el que llegó a trabar una relación que cuesta calificar de consentida.

La primera publicación del libro en Alemania causó una fuerte impresión, más bien negativa, en unos momentos en los que pocas mujeres reconocían haber sido agredidas. En ese contexto, el estilo frío, franco y directo empleado para contar una experiencia tan desgarradora y humillante para tantas mujeres se consideró obsceno y no fue aceptado en un primer momento.

Hoy día se considera una obra imprescindible para conocer la terrible vida cotidiana de los vencidos en la II Guerra Mundial en aquellos momentos y, en especial de las mujeres.

En el año 2008 se estrenó la primera adaptación cinematográfica de este libro, con el título Anonyma, dirigida por Max Färberböck y protagonizada por la actriz alemana Nina Hoss. Es bastante fiel al libro, según he comprobado, aunque la película no la puedes encontrar en ninguna de las plataformas de streaming.

Tanto los dos libros como la película que he comentado me parecen muy recomendables.


No hay comentarios:

Publicar un comentario