jueves, 28 de abril de 2022

CORRUPCIÓN Y MENTIRAS EN LA CÚSPIDE DE CATALUÑA

 


En la sesión plenaria del Parlamento de Cataluña celebrada ayer se produjo un incidente, protagonizado por la Presidente, Laura Borràs, que resulta altamente expresivo del ambiente que se vive en Cataluña y de los modos con los que habitualmente se conduce el separatismo.

La sesión plenaria ha comenzado con la lectura por Borràs de una declaración de la Junta de portavoces, aprobada por mayoría de los grupos separatistas, "de condena del espionaje político que han sufrido varias personas vinculadas con el independentismo".

Tras la lectura de la declaración, el portavoz del grupo de Ciudadanos, Ignacio Martín Blanco, pidió la palabra para afearle a la Presidente su incumplimiento del Reglamento de la cámara, por haber dado lectura a un comunicado que no gozaba de la unanimidad de la Mesa. Borràs privó de la palabra al diputado, cortándole el micrófono y, posteriormente, expulsó de la sala a otro diputado del mismo grupo, que continuaba manifestando su desacuerdo de forma reiterada.

Para justificar su conducta, la Presidente Borràs dio lectura, supuestamente literal, del artículo 166.2 del Reglamento del Parlamento, en el que se define qué es una declaración institucional del Parlamento, de aquellas de las que la Presidencia puede dar lectura pública, por expresar el sentir de la cámara. El susodicho artículo dice lo siguiente:

“2. Se llaman declaraciones del Parlamento de Cataluña las acordadas unánimemente por el presidente y por la Junta de Portavoces.”

La cuestión es que la señora Borràs omitió el término unánimemente, circunstancia cuya ausencia en este caso le habría impedido hacer lo que hizo.

En definitiva, la Presidente separatista del Parlamento se pasa su propia ley por el forro, impide expresarse al portavoz de un grupo que lo denuncia y expulsa a un diputado que le recrimina todo ello y, para colmo, hace una lectura pública mendaz de la norma jurídica incumplida.

Esta señora, la segunda autoridad de Cataluña, tras el Presidente de la Generalidad, es la que está imputada y a punto de ser sometida a juicio por otorgarle a un amigo varios contratos, saltándose la legislación de contratos públicos. Supongo que esta causa de corrupción le habrá permitido pasar a integrar la nómina de los más de 3.000, supuestamente represaliados por España, por su participación en el proceso catalán.

No me quedan ganas de hacer comentario alguno. El nivel de degradación política y moral que Cataluña está exportando al resto de España alcanza ya cotas realmente nauseabundas.

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