miércoles, 9 de agosto de 2023

ABERRACIONES CONTEMPORÁNEAS

 

Una ley aprobada por las Cortes permite que una madre le diga a su hijo que no es su madre, sino su padre, a pesar de haberlo parido; y que su padre le diga que no es su padre, sino su madre, a pesar de haberlo engendrado, por ejemplo, violando a la madre que lo parió.

Invocando esa ley aprobada por nuestro parlamento, algunos hombres que dicen sentirse mujeres están solicitando y, con frecuencia, consiguiendo, ser recluidos en cárceles de mujeres, participar en competiciones deportivas femeninas, usar los aseos y vestuarios de mujeres en toda clase de instalaciones y un sin fin de aberraciones sin cuento.

Cuando se les niegan las perversiones que solicitan lo denuncian como una conducta de odio contra las personas LGTBI…XYZ, o tránsfoba o Dios sabe qué otro barbarismo. Y, con frecuencia, reciben el apoyo de partidos y otros colectivos e incluso de las autoridades.

Este mero comentario que estoy haciendo, con seguridad, merecerá una valoración similar por parte de esa gente y, probablemente, podría estar incurriendo en alguna de las infracciones recientemente reguladas y llevar aparejada una sanción.

Cuando oigo o leo que algunos partidos se proponen el reconocimiento de nuevos derechos a determinadas personas o colectivos o abogan por lo que suelen llamar el blindaje de los derechos ya reconocidos, lo que me viene a la cabeza son casos como el que cuenta el periódico, los que he descrito yo más arriba y otros similares.

Se trata de un proyecto de ingeniería social que pretende construir un mundo distópico invivible, al que la mayoría de los ciudadanos está asistiendo impávida, como si no fuera con ellos.

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