sábado, 11 de noviembre de 2006

Pelotazo para Lopera y Del Nido

Parece que los dos club de fútbol de Sevilla se han decidido a jugar en el Estadio Olímpico. Después de negarse a ello durante años han cambiado de opinión. ¿Cuáles son las razones que han impulsado a estas sociedades mercantiles a tomar tal decisión? ¿No lo adivinas? Es evidente, las enormes plusvalías que, secretamente, alguien les habrá prometido que van a conseguir con la recalificación de los dos estadios. Del Nido redondeará con esta operación el patrimonio que ha debido hacerse como asesor de algunos de los golfos que han esquilmado el Ayuntamiento de Marbella (Gil y Muñoz) y Lopera incrementará su fortuna, cuyo tamaño no debe ser menor que dudoso su origen.
Los ciudadanos, sobre todo los que no somos accionistas de ambas sociedades anónimas, asistiremos atónitos a otro pelotazo urbanístico perfectamente legal. Nuestras leyes permiten que alguien se convierta en multimillonario de la noche a la mañana, apropiándose del valor urbanístico que a un terreno le ha otorgado la acción combinada de la ciudad, es decir, de todos los ciudadanos y una decisión administrativa del Ayuntamiento.
Ese monumento a la megalomanía olímpica de Rojas Marcos va a rendir un nuevo tributo de ignominia. Si ya fue infame su propia erección, por inútil y costosa, ahora viene a servir de moneda de cambio para el enriquecimiento injustificado de dos de los personajes más deleznables que pululan por la ciudad.
¡Pobre Sevilla!

1 comentario:

  1. He llegado hace un rato de Córdoba, donde he estado dando un curso, y el paso rápido por la ciudad me ha dejado un sabor agradable. Ni ayer ni hoy he tenido que sufrir los perennes atascos de Sevilla. Y el ambiente invita a detenerse y pasear por las amplias avenidas. Hay obras, claro, pero no secuestran a nadie, al contrario de lo que ocurre en esta ciudad.
    Esa fugaz experiencia foránea, y la lectura de tu última entrada me da pie a matizar una cuestión: lo de la "acción combinada de la ciudad" en la que parece que, como otros, quedo incluido.
    Si hay algo que tengo claro es que esa acción ni es mía, ni hecha en mi nombre. Bueno será que cada palo aguante su vela, pero no convirtamos en palos de la misma vela a quienes poco o nada podemos hacer ante esos enjuagues, más que esperar a que pasen cuatro años, a ver si hay más suerte, porque lo que se haga entretanto, por un oído les entra y por otro les sale. Y a la vista está. Esto del urbanismo debe ser como el pecado original de los políticos ¿no?

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