martes, 27 de mayo de 2008

Liberales de pega

Hay tantas cosas que decir sobre la crisis del PP que no sabría uno por donde empezar. A mi personalmente, lo que más me interesa es denunciar la patraña que pretenden hacernos pasar una buena parte de los oponentes de Rajoy, autotitulándose a sí mismos de liberales. Se trata de una impostura que no dejará de serlo por mucho que se repita.
Vaya por delante que el abuso en el empleo del término liberal es muy frecuente, no es un invento de estos caraduras. El propio Pinochet pasó por liberal para algunos, por el mero hecho de aplicar las inhumanas políticas económicas de la Escuela de Chicago.
También es verdad que no es fácil que nos pongamos de acuerdo en qué es hoy día ser liberal. Quizá sea más fácil que acordemos qué no es ser liberal. Qué ideas, programas, conductas, etc., inequívocamente, no son liberales.
Y así, por ejemplo, estaremos todos de acuerdo en que difícilmente serán tildados de liberales los periodistas o medios de comunicación que viven cobijados bajo sotanas episcopales. Podrán ser cualquier otra cosa, pero no liberales.
Tampoco parece muy liberal la política educativa de las Comunidades Autónomas en las que gobierna el PP, que abre los conciertos educativos a centros docentes que practican un ideario completamente reaccionario, como los del Opus Dei, en los que impera la educación diferenciada por sexos y otros anacronismos.
Por muchas vueltas que se le den, me resulta incomprensible que se considere liberal a un gobierno, como el de Esperanza Aguirre, que ha perseguido a profesionales, por el hecho de aplicar cuidados paliativos a enfermos terminales, perfectamente admitidos por la ciencia médica.
Y qué decir de quienes se oponen a la nivelación de derechos de los homosexuales, o de quienes impiden sañudamente el ejercicio del derecho al aborto en los estrechos límites previstos en la Ley española.
Tampoco creo que pueda considerarse liberales a esas personas que promueven una revisión de la reciente historia de España, justificando el golpe de Estado que derrocó la II República y provocó la Guerra Civil o relativizando la iniquidad de la Dictadura de Franco.
En fin, todas estas notas, que coinciden en casi todos las personas y sectores empeñados en la defenestración de Rajoy, como digo, liberales no son. Más bien, son lo contrario.

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