sábado, 5 de junio de 2010

Las televisiones públicas son muy caras

En mi entrada de antesdeayer, “Una década perdida” proponía una serie de medidas de reestructuración del gasto público. Inexplicablemente olvidé mencionar una de las más clamorosas: la venta de las televisiones públicas. El coste de este “servicio” es tan descomunal, que el poder público debe renunciar a él. Si acaso, sólo sería admisible una cadena nacional de información. Las demás deben venderse o liquidarse.

No digo que esto sea fácil, ya que habrá que sortear, al menos, dos importantes problemas. Qué hacer con algunas plantillas si el mercado no es capaz de absorberlas y cómo evitar que los gobiernos de turno les vendan/regalen las cadenas a sus amiguetes.

Como ciudadano, prefiero que desaparezca Canal Sur y todas sus horteradas a que le reduzcan el sueldo a médicos y maestros.

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