La zona del mundo equivocada

Mi banco me ha llamado hoy por teléfono para recomendarme que cancele un fondo de inversión que poseo y que invierte sus activos en una cesta de acciones de diversas bolsas europeas y reinvierta el importe en renta variable norteamericana.

Mi fondo europeo arrastra unas pérdidas considerables, fruto de sucesivos ejercicios de resultados negativos, a pesar de lo cual, o quizá por ello, hasta ahora me he resistido a abandonarlo, confiando tercamente en una recuperación que nunca llega.

Es la primera vez que el banco me hace una recomendación como la de hoy. Está claro que ha dejado de creer en Europa y, en cambio, cree en Norteamérica.

Me alegra que las personas que tienen como misión aconsejar sobre la mejor rentabilidad de una inversión hayan dejado de creer en la impiedad y absoluta falta de compasión de la política económica europea, pero sí creen, en cambio, en la más humana y compasiva política económica norteamericana.

Me alegra que hasta los tiburones de las finanzas valoren más la decidida presencia del Estado en la economía representada por Obama que la austeridad que representa Merkel, cada vez más parecida a la miseria.

Me alegra que la ética y la prosperidad económica parezcan ir juntas en la actual situación económica mundial.

Lo único que siento es estar en la zona del mundo equivocada.