Con la que está cayendo en España, el Jefe del Estado no ha tenido mejor ocurrencia que utlizar los recursos del Presupuesto del Estado (¿de qué otra cosa vive, que sepamos?) e irse a cazar elefantes a Botsuana. Un comportamiento muy edificante en un país con 5 millones de parados y la economía en caída libre. Al parecer, sólo dispararle al elefante cuesta entre 7 y 20 mil euros. Y no contento con ello, haciendo sin duda gala de su proverbial prudencia, se ha caído y se ha roto la cadera por tres sitios. Me permito preguntarle qué coño estaba haciendo, ya que es el Jefe del Estado y le pagamos el sueldo entre todos.
Esta familia, con la conducta de consanguíneos y afines, más que real parece republicana. Es lo que nos faltaba ahora a los españoles, enfrascarnos en el debate monarquía-república.
De todas formas, la mala cabeza del cabeza de familia parece aconsejar que deje paso a un sucesor que, hasta ahora, parece más sensato. Y si no lo hace voluntariamente, que lo decida el Parlamento.
Por cierto, qué afición más contumaz ésta de la familia real por las armas de fuego. ¿No han tenido suficiente desgracia en la familia ya, como para vivir alejados de ellas?
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