lunes, 28 de enero de 2013

El lado bueno de las cosas


Como no soy muy cinéfilo, no conocía de nada a la actriz Jennifer Lawrence. Ayer la vi en la película recién estrenada, El lado bueno de las cosas. Es una comedia que, aunque romántica, solo se almibara algo al final. Cumple con los cánones del género: chico conoce a chica repentinamente y ambos avanzan inexorablemente hacia la implosión del esperado y apasionado romance. Pero no es una comedia al uso, del estilo de las de Meg Ryan, Sandra Bullock o Jennifer Anniston, sino que tiene cierta miga, algo más que azúcar y miel.
Robert de Niro tiene un papel no protagonista (los protagonistas son ellos), aunque relevante, que borda, como suele y esta vez sin sobreactuaciones, algo de lo que podemos alegrarnos, porque parece estar convirtiéndose en norma.
Pero, el gran descubrimiento para mí fue Jennifer Lawrence. No solo es que sea un cañón, que lo es, sino que es una actriz de una pieza. Capaz de transmitir con verosimilitud, sólo con una mirada, toda clase de emociones y estados de ánimo de su personaje. En ocasiones, su figura y estampa en pantalla, sus miradas, sus gestos y movimientos llegan a resultar inquietantes. En las escenas que comparte con su co-protagonista, su presencia domina la escena y la pantalla, convirtiéndose en la clara ganadora del 'combate' entre ambos. A pesar de que el chico (Bradley Cooper) también tiene una interpretación notable.
El final de la película desmerece del tono general, pero no impide que te la recomiende y no solo por el goce de la vista.

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