domingo, 26 de noviembre de 2023

APOLOGÍA DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

 


En la manifestación celebrada en Bilbao (supongo que en el resto de España pudieron verse escenas parecidas), el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, como puedes ver en la foto, un grupo de mujeres desfiló con el atuendo representativo del sometimiento de la mujer al hombre y portando banderas de un movimiento de carácter islámico o islamista o de un territorio, como es Palestina, en el que rige la ley islámica.

Te lo puedes tomar por el lado del sarcasmo y reírte de los organizadores (probablemente organizadoras), ufanos/as de una muestra tan evidente de lo contrario a lo que teóricamente reivindican. Porque es francamente incomprensible, y ridículo al mismo tiempo, que se reivindique la eliminación de la violencia contra la mujer paseando a mujeres ataviadas con el yugo islámico y portando banderas islámicas.

Pero más grave me parece la confusión mental en la que incurren los promotores de toda esta mojiganga. En la base de las manifestaciones de ayer se encuentra la afirmación de que los hombres asesinan a mujeres por el hecho de serlo. Esto no es solo el fundamento de las manifestaciones, sino de otras muchas cosas, como por ejemplo, las leyes que discriminan a los hombres sobre la base de esta falacia, por no decir de esta mentira, que se entiende mejor. Porque mentira es que las mujeres asesinadas por sus parejas lo hayan sido por ser mujeres y no por ser sus parejas, que es algo completamente distinto, como bien se comprende… si se quiere comprender y no hacer negocio con el crimen.

Pues bien, para luchar contra la violencia contra las mujeres se exhibe públicamente la manifestación más acabada que ha logrado la humanidad del sometimiento de las mujeres a los hombres, que es la religión islámica. No es concebible mayor estupidez ni una contradicción más flagrante.

Este tipo de cosas, lejos de beneficiar a la causa a la que pretendidamente sirven, la perjudican claramente. A mí, desde luego, me aleja de ese movimiento lunático, que ha llegado a parecerme francamente antipático, por esta y otras razones. Y sospecho que no soy el único.


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